La voz de Tánger

foto: La autora de este artículo lee Capital Sur de Eduardo del Campo / ANTONIO PÉREZ

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A LOS 14 AÑOS, EL RAPERO MARROQUÍ MOHAMED ACHGAF LLEGÓ A ESPAÑA EN BUSCA DE OPORTUNIDADES. AHORA, TIENE 21 AÑOS Y HA PASADO MÁS Y HA LOGRADO MÁS QUE LA MAYORÍA EN SU VIDA.

CON LOS OJOS CERRADOS, Mohamed mueve la cabeza y las manos al ritmo de la música o de la base (de rap) mientras palabras profundas salen de su boca sin esfuerzo, creando comentarios sinceros sobre el mundo que le rodea. Sus letras llaman a su generación a la acción, “Le escribo a la juventud un crudo mensaje, con un crudo lenguaje para que puedan despertarse, quién diría que algún día, sería un rebelde por la causa en la melodía.”

HOY, A MOHAMED SE LE CONOCE por su nombre artístico, Murasel, el rapero marroquí, del grupo Tercer Hombre. Murasel significa «mensajero» en árabe, un nombre apropiado para un artista cuyos raps describen la dura realidad de la situación social y económica de Marruecos y España, su país de acogida actual. En 2008, Mohamed conoció a Rafael Fonollá, conocido como Fono Scout y juntos formaron Tercer Hombre. Mohamed nació en la pequeña ciudad de Chefchaouen, en el corazón de las montañas del Rif del norte de Marruecos, pero creció en Tánger, donde su familia todavía vive. Desde allí, podía ver la costa de España, al otro lado del estrecho de Gibraltar. Mohamed soñaba, como tantos otros chicos de su generación, llegar a España, «El sueño de nuestra generación era salir de Marruecos. Veíamos las oportunidades que nos esperaban en España, que eran simplemente imposibles de conseguir en nuestro país,” recuerda Mohamed.

EN ENERO DE 2007, cuando Mohamed tenía 14 años, decidió dejar a sus padres y a sus cuatro hermanos pequeños con la esperanza de una vida más próspera en España. La situación económica de su ciudad natal era y sigue siendo tan mala que, incluso a esa edad tan temprana, conoció la lucha de los adultos en su barrio. Quedarse allí significaba no tener acceso a un futuro lleno de posibilidades, incluida la educación superior o ayudar a su familia.

TOMANDO LAS RIENDAS de su propio futuro, Mohamed se escondió debajo de un camión que iba a cruzar el Estrecho de Gibraltar por el Puerto de Tánger acompañado por otro chico marroquí que conoció en el puerto. Se las arreglaron para conseguir llegar al Puerto de Algeciras, para ser inmediatamente descubiertos por la policía española y ser etiquetados como «extranjero no acompañado.” Como todavía era un niño, la asociación Paz y Bien se encargó de ayudarle a hacer una vida en España. Esta asociación ofrece alojamiento y comida y organiza la escolarización de los niños necesitados. Fue aquí donde Mohamed encontró un hogar lejos de su hogar, algo de vital importancia para un niño que vive en un país extranjero con una barrera idiomática.

HOY, MOHAMED NO ES SÓLO una promesa del rap, sino también un estudiante resuelto y dedicado. Cuando tenía 18 años, tenía la meta de estudiar Medicina. Aunque le da una gran importancia a sus notas y al colegio, no fue capaz de entrar en esa carrera, porque las calificaciones requeridas son muy altas así que, en vez de eso, optó por la ingeniería química en la Universidad de Sevilla, que es un campo no menos exigente. Uno podría pensar que tendría que elegir entre su carrera musical y la de ingeniería, pero Mohamed cree que ambas son alcanzables. “Quiero encontrar un trabajo relacionado con mi carrera, y luego seguir componiendo música. Ninguna de las dos cosas es posible sin dar el cien por cien a cada una de ellas. Creo que pueden complementarse, pero no será fácil (se ríe).” La posibilidad de la fama y la fortuna de una carrera en el rap no es suficiente para distraer a Mohamed de la que era su meta original cuando vino a España: recibir una mejor educación para encontrar un buen trabajo y ayudar a su familia.

MOHAMED APROVECHA sus impresionantes habilidades de oratoria para comunicar su mensaje a una audiencia más amplia, “Hablo y escribo con fluidez en árabe y francés, pero durante los últimos dos años he estado trabajando más en español.” Él cree que el propósito del rap es enviar un mensaje. Puede describir, con elegancia pero también realismo, la realidad de los mayores problemas del mundo. El rap es una forma socialmente aceptable de discutir temas sensibles para informar u obtener una reacción de la gente. “Creo que el rap es una música libre, una música cercana a lo que era mi realidad cuan-
do la escuché por primera vez y a lo que es mi realidad ahora. Las letras se dirigen directamente a la audiencia, como si se tratara de una especie de periodismo urbano. En Estados Unidos, el rap es la música de la lucha y lo mismo pasa en Marruecos”.

MUCHAS DE SUS CANCIONES, especialmente su favorita, “Africano,” parecen una autobiografía. En su canción “El Hombre Pobre,” Mohamed acepta el reto de ser la voz de la juventud de Marruecos, “Yo soy el tercer hombre, la voz del Tercer Mundo.” Mohamed extrae su inspiración de músicos como el gran guitarrista de flamenco Paco de Lucía o el rapero Tupac Schakur cuyas canciones son conocidas por describir la dura realidad de la pobreza y la injusticia social. En pocos años, Mohamed ha compuesto muchos álbumes que combinan árabe y español, Farcha (2007), Zankawi (2010), y el más reciente y reconocido; Invictus (2011), que ganó la categoría de Composición Musical en los Premios Andalucía Sobre Migraciones.

AUNQUE MOHAMED SE HA HECHO SU PROPIA VIDA en Sevilla, su casa siempre estará en Marruecos, donde está su familia, “Mi sueño es terminar en Chefchaouen con toda mi familia. Me gustaría terminar allí y pasar el resto de mi vida allí. Ése es mi sueño”. Ha cerrado el círculo y se siente capaz, algún día, de ayudar a mejorar su ciudad natal en Marruecos. Incapaz de ocultar su orgullo, Mohamed recuerda con cariño su última visita a Tánger, “Un día escuché a los chavales de mi barrio escuchando mi música en un teléfono móvil. Eso fue muy bonito.”