Retratos en Vinilo

El mercadillo del El Jueves ha empezado esta mañana, mientras el sol alumbra un día un poco frio de febrero. Los vendedores instalan sus puestos con muchas cosas diferentes, como si un tornado hubiera aterrizado allí, llevándose con él todo lo que se encontró a lo largo del camino. Cada mesa o manta contiene libros, muñecas, arte, viejos aparatos electrónicos, monedas de otros países y de otras épocas. Se puede encontrar videos pornográficos del mismo vendedor que vende crucifijos e imágenes de Cristo.

Algunos vendedores, sin embargo, venden algo específico. Son artesanos y artistas, tratando de ganarse la vida con el trabajo de sus manos, vendiendo activamente sus obras; si alguien para junto al puesto de mosaicos, la mujer que los vende le hablará inmediatamente. Tiene una tarjeta comercial, que dará con entusiasmo, mientras el cigarrillo cuelga de su labio como una extensión del cuerpo.

Rubén es diferente a ella. No hay un gran anuncio con los precios de sus obras, no trata de hablar con las personas que pasan junto a su mesa. Vende bases discográficas, viejos discos de vinilo que corta artísticamente con una sierra fina para crear imágenes de gente famosa—Michael Jackson, Salvador Dalí, Amy Winehouse. El dice que usa trazos impresos, que después de dibujar, empieza a cortar.

“Se necesita cuatro horas para crear uno,” dice. “Tupac tardó séis,” agrega con una risa. Rubén no habla mucho; es simpático y responde a las preguntas, pero no se esfuerza por continuar una conversación. Si nadie se le acerca, trabaja en una nueva base en silencio, cortando cada pequeño contorno, cada rizo de pelo, para crear una imagen perfecta de las caras que ha elegido.