
Rubén trabaja con una sierra de precisión para tallar las caras trazadas en los gastados surcos. Las caras de algunos de los artistas más famosos de la cultura pop, Marilyn Monroe, Bob Marley, Kurt Cobain o Beyoncé, miran al mercadillo. Se enorgullece de llevar creando sus discos desde hace casi dos años. Su arte requiere trabajar cuidadosamente en cada disco de vinilo entre cuatro y cinco horas. Afirma que el rapero Tupac le costó al menos siete horas cortando. Sus vinilos están rodeados por un océano de parafernalia religiosa, juguetes y antiguos aparatos electrónicos. La obra de arte moderna combina perfectamente lo antiguo y lo actual en términos de música y creatividad. Los mejores y más conocidos artistas de la música quedan impresos en el suelo sobre vinilos rascados para vender a los clientes. Rubén se mantiene vigorosamente concentrado en su disco de vinilo, pero corta y rota precisamente cada registro. Comienza aplicando plantillas impresas sobre los vinilos para imprimir el dibujo y así poder cortar las caras de todos y cada uno de los músicos. Su brazo, cubierto por un abrigo marrón, cortar y sierra cuidadosamente alrededor de la plataforma blanca hecha en casa para que cada movimiento de la delgada sierra quede realizado. Las virutas caen al suelo y se acumulan hasta que la cara está completa.
Rubén afirma que creó este nuevo estilo de arte hace dos años, cuando escuchaba música. Ahora, sus discos de vinilo de músicos famosos se venden todos los jueves en el mercadillo por alrededor de 35 euros, dependiendo de lo intricado que sean las caras son o de si Rubén usa otro material, como espejos.
Su arte contemporáneo destaca en el caos del mercadillo y las caras más famosas de la música se quedan mirando a los vendedores y clientes esta mañana de jueves, listos para ser comprados.