Mi genealogía: una mezcla de países europeos y una sorpresa

A la derecha, Joan Alspaugh y Thomas Bobay, abuelos del autor, que participaron a bordo de un crucero en el concurso televisivo 'Love and Marriage' (Amor y Matrimonio).

(PROYECTO DEL CURSO ‘MIGRATIONS IN TODAY’S GLOBALISED WORLD’)

Investigar las raíces de una familia siempre es interesante y la información encontrada nos revela por qué somos como somos; nos revela por qué tenemos nuestras propias características físicas, y nos revela el pasado que a menudo hemos olvidado. Buscando información sobre mis raíces he encontrado algunas anécdotas divertidas, y he aprendido que yo tengo sangre rara de una población olvidada en la historia de los Estados Unidos. En los siguientes párrafos comparto las anécdotas de mis antepasados y la historia de cómo llegué a existir.

Para empezar, tengo que decir que sólo voy a tratar las raíces de la parte de mi madre porque nuestra familia está desconectada del lado de mi padre, y también porque no tenemos mucha información sobre sus orígenes. Por el contrario, tengo un montón de información sobre los antepasados de mi madre. De éstos, la mayoría procede de Europa. En mi genealogía por parte de mi madre tengo antepasados de Alemania, los Países Bajos, Francia e Irlanda. La mayoría de mis raíces vienen de siete familias: la familia Bobay, la familia Lembach, la familia Owens, la familia Alspaugh, la familia Robison, la familia Van Tilburg y la familia Pipenbrink.  Ahora vamos a sumergirnos en las historias de estas familias que son las responsables de crear a Tyler Bobay Strunk.

Primero voy a presentar a la familia Bobay, y explicar mis raíces francesas. El primer antepasado que yo conozco en la familia Bobay es André Bobay, que nació en Saint Germaine, Francia, aunque no sé la fecha de nacimiento. Saint Germaine es un pueblo pequeñito situado al lado del río Sena, a 19,1 kilómetros de París. André Bobay era un granjero en Francia y se casó con Elisabeth Cordier Bobay.  Ellos nunca fueron a América, pero en febrero de 1802 nació en Francia su hijo Germaine Bobay, que fue el primero que vivió en los Estados Unidos: él se mudó en 1840 a Allen County, Indiana, con su esposa, Pauline Perry, que era de su mismo pueblo francés.

Germaine trabajaba como granjero en su nuevo hogar estadounidense. En 1841 nació su hijo Phillipe Jean Bobay, el primer Bobay nacido en los Estados Unidos. En el año 1854 hubo una epidemia de cólera en Allen County, y Germaine Bobay contrajo la enfermedad y murió unos días después. Hay una historia muy conocida en mi familia sobre la muerte de Germaine.  Se dice que una mañana, pocas horas después de que sus niños salieron para la escuela, Germaine murió en su cama, y lo enterraron antes de que sus hijos volvieran de clase. Hacer esto era muy común durante la epidemia porque el cólera era muy contagioso y solía ser mortal.

El incendio de la fábrica

Seguimos dos generaciones adelante para encontrarnos con los padres de mi abuelo, mis bisabuelos. Se llaman Elmer Bobay y Catherine McNulty. Elmer nació en 1895 en Allen County, Indiana, y Catherine nació en 1898 en Omaha, Nebraska. El padre de Catherine era dueño de una fábrica de colchones, que se incendió en 1901. La familia McNulty se marchó a Fort Wayne, Indiana, así que el incendio fue indirectamente la causa de que mis bisabuelos se conocieran en el estado de Indiana.

Veintisiete años después del incendio nació mi abuelo Thomas Bobay, en 1928.  Mi abuelo es un hombre muy sencillo y tranquilo, y siempre hizo todo lo necesario para apoyar a su familia. Mi abuelo tiene cinco hijos y ha trabajado cada día para ofrecerles una vida muy cómoda. Se casó con mi abuela, Joan Alspaugh, en 1949 en Fort Wayne, Indiana. Los dos son católicos, y han ido a misa cada domingo desde el comienzo de su matrimonio. Lo que más me gusta sobre mi abuelo es la historia de cuando él y mi abuela participaron en un concurso televisivo en un crucero. El programa se llamaba “Love and Marriage”. El presentador les preguntó: “¿Cuál es su secreto para mantener su matrimonio durante cincuenta años?”.  Mi abuelo respondió que tiene una camiseta que dice “Yes Dear”, “Sí, cariño”. Si conoces a mi abuela, ella diría que la respuesta “Yes Dear” siempre tiene razón.

Ahora, salgo de la familia Bobay y cambio a las familias Owens y Lembach. La familia Owens fue la primera que llegó a los Estados Unidos, en 1839. La familia Owens es de Irlanda, donde eran granjeros. John se casó con Ellen, pero de ella no sabemos ni su apellido de soltera ni dónde nació. En la familia Owens hay un relato que cuenta que algunos indios entraron a su casa y todos ellos intercambiaron cosas como comida y harina. Esto era muy común en el siglo XIX.  La hija de la familia Owens, también llamada Ellen como su madre, se casó con William McNulty en algún momento entre 1860 y 1870.  Con esa boda empezó la familia McNulty, que es una rama de los padres de mi abuelo.

Este lado de la familia también tiene raíces alemanas a través de la familia Lembach. Edward Lembach, el bisabuelo de mi bisabuelo, era de Alemania, al igual que su esposa. Su hija Anna se casó con otro alemán que se llamaba Julius Kegelman.  Los dos se mudaron a los Estados Unidos entre 1871 y 1880. Ellos tenían una hija que se llamaba Katherine Creelman, que se casó con John Charles McNulty en Fort Wayne, Indiana, en 1892. John tiene una historia muy interesante también. Después de jubilarse, John se mudó a México y fundó allí una compañía de refrescos. Además, él tuvo cuatro hijos más con otra mujer, y está enterrado en México. Este es el fin del lado de la familia de mi abuelo, y ahora voy a hablar de la parte de mi abuela Joan Alspaugh.

La familia Alspaugh llegó a América durante el siglo XVIII, y sus miembros han visto cómo el país crecía a partir de ser una colonia hasta llegar a convertirse en los Estados Unidos que conocemos hoy. El primer miembro de la familia Alspaugh del que tengo noticia es David Alspaugh, aunque no sé de qué país procede. Era granjero y luchó en la Guerra de Independencia estadounidense. Un nieto de David Alspaugh llamado Jonathan Alspaugh nació en 1845 en Fairfield, Ohio. Jonathan luchó por el bando del norte en la Guerra Civil de Estados Unidos y fue uno de los afortunados que sobrevivió.

El primer dueño de un coche en el pueblo

El Alspaugh más famoso en la familia fue el hijo de Jonathan, el doctor Elijah Henry Alspaugh. Elijah vivía en Wilshire, Ohio, y era muy conocido en el pueblo. Cuando mi tío visitó Wilshire para completar nuestra genealogía habló con alguien que dijo que le recordaba a “Doc Alspaugh”. Elijah era veterinario, fue elegido para ser el alcalde y ejercía también en el pueblo como médico forense. Además, Elijah fue la primera persona que compró un coche en Wilshire. La línea de los Alspaughs se terminó con mi abuela Joan Alspaugh. Joan nació en Fort Wayne, Indiana, en 1929, y se casó con mi abuelo Thomas Bobay en 1949. Cuando ella era una niña trabajaba en una pastelería y ganaba 35 centavos de dólar por hora. Mis abuelos tienen cinco hijos vivos hoy, que se llaman Lynn, Craig, Terry, Keith y Denise, mi madre. Mi abuela tiene raíces muy profundas en la historia de mi familia, pero la familia Alspaugh es sólo un parte de mi genealogía.

Por otro lado, en la genealogía de mi abuela está la familia Piepenbrink. El primer Piepenbrink que llegó a los Estados Unidos fue Ernst Piepenbrink en 1846. Ernst nació en Windheim, Alemania, y murió en Allen County, Indiana. Ernst y su esposa, Sophia Witte, también eran granjeros, como la mayoría de la gente en esa época. Adelantamos dos generaciones y llegamos a Ernst Johann Piepenbrink, el nieto de Ernst Piepenbrink, y nos toca contar la historia de su esposa Mary Rose Eling/Allink. Mary Rose se quedó huérfana de niña y vivía con la hermana de su madre. Algunas veces la gente identificaba a Mary Rose como Mary Rose Dahman, porque Dahman era el apellido de su tía. Por eso no hay certeza sobre su apellido.

Otras familias influyentes en mi genealogía son las familias Van Tilburg, Harrod y Robison.  Henry Van Tilburg nació en 1720 en los Países Bajos, y su hijo Henry Van Tilburg Jr. se mudó a los Estados Unidos en 1760. No tengo información sobre esta familia, aparte de que sus raíces están en los Países Bajos. En la familia Harrod tengo un antepasado que se llama David Harrod. No tenemos el dato de dónde es David, pero sí sabemos que él salió con un grupo de hombres desde Ohio para encontrar tierra de cultivo al oeste del río Misisipi. Pero David contrajo una enfermedad y murió. Está enterrado cerca del río Misisipi.

Por último, os cuento sobre la familia Robison.  No sé los orígenes de esta rama familiar, salvo que algunos miembros se establecieron en Ohio. Hay una historia sobre la muerte de Issac Robison, el hermano de mi antepasado Silas Robison. Un día Issac tuvo una conversación con un hombre que le debía veinte dólares a Issac. Issac hizo un movimiento y parecía que iba a coger un arma de su chaqueta. El otro hombre pensó que Issac quería matarle, y disparó su escopeta dos veces y lo mató. Un juez decidió no encarcelar al hombre, argumentando que la muerte de Issac sucedió en defensa propia.

Genes indígenas

Ahora llegamos a la sorpresa de mi genealogía, que es que yo tengo raíces de melungeones. La población melungeona está formada por una mezcla (“mélange”, en francés) de europeos, africanos e indios americanos. La población melungeona vive en el Cumberland Gap, en los montes Apalaches. En el pasado la gente llamaba a los melungeones “turcos”, “moros” y “portugueses”. Hoy en día hay casi 200 comunidades de melungeones, y casi todos viven en los estados de Kentucky, Tennessee y Virginia. Los melungeones tienen raíces de los indios nativos americanos y por eso yo desciendo en parte de la tribu cherokee. Aquí podéis ver una foto de una familia melungeona en Estados Unidos.

Es obvio ahora que mi genealogía es muy compleja, y que yo vengo de muchos lugares diferentes. La historia de mis antepasados está llena de tragedia, misterio y buenos recuerdos. Muchas veces olvidamos que nuestros antecesores han tenido sus propias vidas e historias, interesantes y únicas. Por eso es importantísimo que no nos olvidemos de dónde venimos, y que siempre nos acordemos que debemos nuestras vidas a nuestros antepasados.