Objetos que cuentan historias

El Jueves, que para el resto del mundo es un día, en Sevilla es un lugar. No se ubica en un local cerrado; lo acogen las calles al desnudo. A primera vista puede mostrarse caótico, no obstante, cuenta con una suma precisión interna. Juguetes, gorros, trajes de flamenca… incluso un posible vestuario para las conquistas de Napoleón. Todos comparten respetuosamente el espacio común. Son amabilísimos vecinos, dispuestos a prestarse ayuda.

Los humanos que los venden, también. Enrique Aznalfara tiene 86 años y desde los 8 forma parte del mercadillo. Pepe, encargado del puesto más próximo, nos lo explica: “Empezó con el carbón. Ahora, no solo vende cuadros, también los crea”. Enrique saca de su chaqueta una agenda decorada con tiras cómicas. “Son mis chistes del Betis”, comenta señalando el pin del escudo que decora su boina. Pero el tiempo ha pasado, el cansancio se ha asentado y ahora ha decidido descansar de la pintura. Solo la retoma en Navidad, para confeccionar felicitaciones personalizadas a todos los que trabajan en El Jueves.

Pepe afirma que su compañero debería ser reconocido por sus dotes. Le insiste para que cante. Con la voz ronca, Enrique entona una melodía. “Cuando la muerte se acerca para llevarse a los mortales, no valen las medicinas, los grandes capitales…”. Termina la frase en una carcajada. Afirma que esa alegría, en buena parte se la ha dado su equipo de fútbol. Además del pin, lleva jersey verde, polo verde, y sujeta, ayudándose con una muleta –como si fuera parte del decorado– una bolsa verde. Incluso quien se refiere a él con una devoción propia de un representante, Pepe, lo mira desde el iris verde.

Más allá, los tenderetes se acomodan a la estrechez de las calles. Lejos de la monocromía, se desarrolla la amalgama de colores y objetos inanimados. Muchos de ellos con pasados silenciados. Todos con un presente compartido y un futuro incierto. Aún así, ninguno de ellos envidia a los útiles que yacen intactos sobre las repisas de los grandes almacenes. Ya han pertenecido a historias anónimas.