Una pasión por el baile que aleja los problemas

foto: Álvaro Campos (izquierda) y Jesús Zarco (derecha) bailan juntos en el Centro Cívico San Pablo, donde habitualmente se reúnen con otros miembros de Hamawari Crew / KARI LUTCAVICH

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LA AMISTAD Y UN INTERÉS MUTUO POR UN TIPO DE BAILE CALLEJERO DENOMINADO “POPPING” UNEN A UN GRUPO DE JÓVENES SEVILLANOS.

“CINCO… SEIS… CINCO, SEIS, SIETE, ¡VA!”

En una tarde de sábado en el Sevilla Dance Center, Belén Espinosa Ledo escucha a su profesor contando el ritmo de la electrizante música que retumba en la radio. Cuando empieza a bailar con sus compañeros, el estudio débilmente iluminado se llena con la energía contagiosa que desprenden los cuerpos de los bailarines al moverse con destreza al ritmo contundente del hip hop. Sus cuerpos se agitan y saltan bruscamente aunque de forma natural para conseguir este estilo único de baile conocido como “popping”.

BELÉN, DE 21 AÑOS, empezó a dar clases de baile moderno hace unos cinco años, pero no le apasionó realmente hasta que empezó a quedar con otros bailarines fuera de clase dos años después. “Comencé a conocer gente que bailaba hip hop, popping y locking y empecé a observarles y a ir con ellos a varios espectáculos que se realizaban aquí en Sevilla. Comprendí entonces que me gustaba de verdad ese tipo de baile, especialmente el popping”, dice. Aunque sigue yendo a clases de popping, Belén ahora prefiere ensayar con sus amigos en la calle, donde suelen practicar la mayoría de los bailarines urbanos.

BELéN Y SUS AMIGOS componen un grupo único y muy animado de Sevilla que pertenece a una “tribu” más grande, Hamawarii Crew. “Hamawarii Crew es un grupo de baile compuesto por muchas personas. No es un grupo definido sólo por los bailarines de aquí, sino que somos un grupo de Sevilla, Huelva, Granada, Barcelona y Madrid. Surgió en Facebook, como un grupo para quedar, ensayar, pasarnos vídeos, dar opiniones e informarnos sobre eventos de baile”, explica Belén.

Como cualquier grupo de amigos, cada miembro de Hamawarii Crew tiene algo especial que le diferencia. No sólo difieren en edad, nivel de experiencia y estilo personal, sino que tienen metas propias y caminos profesionales diferentes que desean recorrer. Por ejemplo, Belén estudia Enfermería en la Universidad de Sevilla y aspira a trabajar con pacientes de cáncer en radioterapia. Uno de los amigos de Belén, Jesús Zarco Rodríguez, 23, Zarco para sus amigos, estudia tanto Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad de Sevilla como fotografía en un instituto de educación secundaria. Pronto terminará sus estudios y entrará en el mercado laboral en junio. Luego está Miguel Ángel Sivianes Overa, 19, más conocido como Tato, que estudia para mecánico.

A pesar de estas diferencias, su espíritu de equipo cohesionado y la pasión que comparten por el popping son claros. Por cómo se ríen y el entusiasmo con el que se animan entre ellos mientras exhiben sus pasos de freestyle, es fácil concluir que los bailarines se sienten muy a gusto los unos con los otros y que comparten una amistad especial. De hecho, Belén lleva bailando con Tato, su novio e inspiración, desde que se conocieron hace tres años.

“Me apoya muchísimo en el baile: fue él quien me inició en el popping, fue quien me enseñó
y quien me presentó a los que ahora son mis amigos de baile”, cuenta Belén. Cuando bailan, se nota la conexión especial que tienen y la pasión que sienten el uno por el otro y por el baile. Aunque son la única pareja, el apoyo y el estrecho lazo que les une es algo compartido por todo el grupo.

Belén, Tato, Zarco y sus otros compañeros de Hamawarii Crew se reúnen tanto como pueden para bailar y practicar diferentes técnicas. Aparte de las clases en la academia de baile, también ensayan juntos unas tres veces por semana en el Centro Cívico San Pablo, además de bailar por pura diversión en varias plazas del corazón de la capital hispalense. Dedican su tiempo libre a mejorar y a aprender los unos de los otros.

Hamawarii Crew es un grupo abierto y acogedor de jóvenes que disfrutan haciendo nuevos amigos y aprendiendo unos de otros. Lo que los distingue de otros grupos de bailarines es que han venido a juntarse de todos los rincones de España para compartir técnicas nuevas y

dar familiaridad a estos bailes estadounidenses que no son tan populares en Sevilla. Para ellos, bailar es algo que les reporta alegría y les permite expresarse e identificarse con otras personas que comparten sus mismos intereses. Es del todo beneficioso ya que, en España y en otras partes del mundo, se está pasando por una época de dificultades.

COMO ESPAÑA ESTá SUFRIENDO UNA CRISIS ECONÓMICA con altas tasas de desempleo (especialmente entre los jóvenes) y un incremento de la pobreza, los adolescentes que empiezan a vivir por ellos mismos tienen más facilidad de sucumbir a la depresión. Sin embargo, los miembros de Hamawarii Crew cuentan con una ventaja especial para combatir las penas de la crisis: unirse como equipo para compartir una pasión con buenos amigos es quizá una de las mejores formas de olvidarse de los aspectos negativos de la vida y de desarrollar una red de solidad. Aunque no es la razón principal por la que han decidido bailar, reconocen que se ha convertido en algo muy positivo que quita las penas y las preocupaciones. “Si estás agobiado, si estás estresado o estás pasando por un mal momento, el baile te hace desconectar de esos problemas que tienes en la cabeza o en tu vida”, dice uno de los miembros más recientes, Álvaro Campos Rodríguez, 26, que se enamoró del popping hace dos meses.

BELéN LO RESUME CON UNA TÍMIDA SONRISA. “Me encanta bailar porque es algo que me aporta alegría, es algo más que un simple hobby”. Y con esto, vuelve con sus amigos, que transforman
su expresión sonriente en una de dedicación en cuanto su instructor empieza la cuenta de nuevo. “Cinco… seis… cinco, seis, siete, ¡va!”