
PROYECTO DEL CURSO ‘MIGRATIONS IN TODAY’S GLOBALISED WORLD’
Óscar es el dueño de La Espuela, uno de los bares más populares de la Alfalfa, en el centro de Sevilla. Los fines de semana su bar está lleno de una mezcla de estudiantes estadounidenses que estudian en el extranjero y sevillanos. En una de las noches más tranquilas en el bar, comencé una conversación con Óscar y descubrí que era de México. Por lo tanto, cuando supe que teníamos que entrevistar a alguien que no fuera de España para este proyecto, encajó perfectamente. Cuando le pregunté si podía entrevistarlo, él estaba más que feliz de complacerme y sugirió que volviera a La Espuela al día siguiente. Mientras tomábamos una cerveza, discutimos su viaje a España, por qué eligió Sevilla y cómo es su vida ahora. Lo que aprendí sobre el hombre detrás de la barra, nunca lo habría esperado.
Su comienzos
Óscar nació en 1972 en Veracruz, que se encuentra en la costa este, en el Golfo de México. Veracruz es uno de los puertos más grandes de México, por eso es un destino popular. También es uno de los puertos más antiguos del país, ya que fue descubierto por los colonos españoles en el siglo XVI. Como resultado, la ciudad y los pueblos de los alrededores están llenos de historia y monumentos históricos como El Tajín. Óscar describió su infancia en México como «típica». Vivía con sus abuelos y cerca de sus primos. Tiene dos hermanos, uno todavía está en México con su familia y el otro vive en Houston, Texas, con su esposa e hijos. Una de las cosas que me llamaron la atención cuando Óscar hablaba de su ciudad natal fue cuánto disfrutaba el mar y el clima cálido.
Le pregunté sobre sus pasatiempos cuando era niño y me dijo que siempre le gustó la comida y cocinar, así que cuando llegó el momento de elegir una carrera, estaba interesado en ir a la escuela culinaria. Finalmente decidió esto y se mudó a la Ciudad de México para perseguir su sueño de ser chef. Estudió en el instituto durante años aprendiendo sobre alimentos de todo el mundo, incluidos de Argentina, Francia, Italia y los Estados Unidos. Su instituto era único porque se enfocaban en algo más que cocinar. Aprendió cómo operar el negocio de un restaurante, administrar una cocina y crear una buena experiencia culinaria en general. Esto es diferente de muchas otras escuelas de cocina en las que solo se aprende el aspecto de cocinar. Esto lo ayudó a conseguir buenos trabajos. Después de graduarse, se quedó en la Ciudad de México porque era «un gran lugar para aprender» y hay allí restaurantes de fama mundial. Dijo que algunos de los mejores aprendizajes de su carrera ocurrieron durante estos años.
Cómo se vino a Europa
En 1998, Lisboa era la sede de la gran Exposición internacional dedicada a la navegación y a conmemorar 500 años de descubrimientos portugueses. Óscar se enteró de esto y decidió solicitar un trabajo porque estaba interesado en aprender más sobre la cocina portuguesa y española. Consiguió el puesto y se le otorgó una visa de trabajo para la ocasión. La visa terminaría siendo crucial para su viaje. Le gustó realmente Lisboa y después de la feria decidió quedarse allí con algunos amigos. Todos consiguieron trabajo en Lisboa gracias a sus visas de trabajo y disfrutaron de la vida en la capital portuguesa por un tiempo.
Hacia el final de su estancia, él y algunos amigos decidieron alquilar un automóvil y visitar Sevilla para la Semana Santa. Habían escuchado que era una experiencia genial y querían verla. Óscar me contó que inmediatamente se enamoró de la ciudad. Tanto es así, que decidieron regresar a Sevilla para la Feria de Abril. En 2000, se mudó permanentemente de México a Sevilla. Cuando le pregunté por qué disfrutaba tanto de Sevilla, respondió sin dudarlo. Le encantaba que el pueblo sevillano lo aceptara de inmediato. Recordó que la gente lo invitaba a tomar una copa y algo de comida en su tienda y estaban felices de empezar una conversación a pesar de que nunca lo habían visto antes. Fue a la plaza de toros, aunque no le gustó cómo los matan. Amaba a las hermosas chicas y a la gente que tocaba la guitarra en las calles. Amaba todo el baile y lo fuerte que era la cultura. Explicó que los sevillanos tienen el mismo deseo de bailar, beber, comer y divertirse que las personas con las que creció y, por lo tanto, se sintieron atraídos.
La vida en Sevilla
Óscar es dueño de La Espuela y trabaja allí por las noches. Compró el bar en 2016. Un día típico para él implica realizar tareas principalmente para el bar, como coger y reponer inventario, pagar las facturas e ir al banco. Óscar disfruta la vida más relajada que ofrece el bar. Ciertamente hay momentos en que está súper ocupado pero no es tan estresante como manejar una cocina. Dijo que uno de sus aspectos favoritos de trabajar en el bar es conocer a tantas personas diferentes. Quedó muy claro en mi conversación con Óscar que le encanta estar con y conocer a gente nueva.
Cuando llegó por primera vez a España, sus primeros trabajos fueron como chef en un restaurante mexicano durante el día y luego en un restaurante italiano por la noche. Debido a que no tenía que trabajar todos los días, esto le proporcionó la flexibilidad para salir y divertirse. Aunque ya no cocina profesionalmente, a Óscar todavía le gusta cocinar para sí mismo y también está trabajando para abrir un nuevo restaurante mexicano con un amigo en el futuro cercano. Tuvo uno en el pasado, pero dijo que no tenía las personas adecuadas para gestionarlo correctamente. Como resultado, estaba constantemente tratando de ayudar al camarero y a otros cocineros en lugar de poder concentrarse en la cocina. Por lo tanto, se está cogiendo su tiempo con este nuevo proyecto, para que tenga a las personas adecuadas trabajando y pueda concentrarse más en la cocina, la parte que disfruta más. Cuando Óscar habla de cocinar, lo describe como un arte. Dijo que una de las razones por que la cocina es tan estresante es que las temperaturas tienen que ser exactas y se requiere un cierto nivel de calidad en todo. Por otro lado, en una barra las medidas no tienen que ser tan exactas.
También le pregunté si echa de menos la comida de México. Dijo que la echa mucho de menos y que la comida mexicana en Sevilla es más o menos. Un comentario interesante fue que él piensa que la comida en España no es diversa en comparación con la de México. Siente que hay mucha carne de cerdo y no tantas especias y sabores diferentes como en México. Desde el punto de vista estadounidense, pensé que esto era divertido, ya que si encuestaras a la mayoría de los estadounidenses (fuera de los que viven cerca de la frontera) considerarían que la comida mexicana es muy similar en términos de ingredientes utilizados y sabores.
Proceso migratorio
Le pregunté a Óscar sobre su proceso migratorio. Dadas todas las historias que escuchamos hoy, pensé que era posible que él tuviera un proceso difícil, pero en cambio dijo que fue muy fácil. Solo le tomó un año obtener la ciudadanía española y pudo vivir en España antes de que se le concediera. Óscar mantuvo su ciudadanía mexicana y hoy tiene doble nacionalidad. Esto hace que sea fácil para él ir y venir entre México y España, lo que disfruta porque viaja a su país de origen todos los años para ver a su familia.
El futuro
Óscar mencionó que en algún momento en el futuro le gustaría regresar a México, pero no es el momento ahora. Dijo que ama la vida en Sevilla y que no le gusta la rapidez con que México se industrializa en ciertos lugares. Dijo que, si regresa a México, quiere que sea a un lugar más natural y no cree que pueda encontrarlo ahora. Mientras tanto, continuará trabajando en su bar y se preparará para abrir su nuevo restaurante mexicano. Espero volver a Sevilla en los próximos años y espero visitar La Espuela y el nuevo restaurante de Óscar.