
PROYECTO DEL CURSO ‘MIGRATIONS IN TODAY’S GLOBALISED WORLD’
Diana es una chef de Londres que hace veinte años que vive en Sevilla, aunque la conoce desde hace 26. Cuando ella tenía veinte años de edad, viajó a Sevilla por primera vez. Su agencia le encontró un trabajo en la ciudad, pero sólo duró seis meses. Sin experiencia de español pero alegre por experimentar un nuevo país, Diana a trabajar como chef en la Exposición Universal de Sevilla de 1992. Aprendió español durante los seis meses de la Expo 92, pero no estudió la lengua formalmente. Pudo practicar con la gente, como con algunos compañeros sevillanos con los trabajó en la exposición. Las personas que conoció se convirtieron en amigos. Regresó a Londres después y vivió allí dos años.
En su segunda estancia en Sevilla, gracias a un nuevo trabajo aquí, se concentró más en aprender español, estudiando en una escuela llamada Clic. Un día, Diana se encontró con un hombre al que había conoció en la exposición y retomaron el contacto. Después de un tiempo, ella comenzó a salir con él, y, en sus propias palabras, “Eso fue todo”. Esta vez, ella se quedó en Sevilla más tiempo, aproximadamente diez meses, de septiembre de 1994 a junio de 1995. Su conocimiento del español, junto con su relación con el hombre, creció mucho.
Regresó a Londres otra vez para trabajar allí durante tres años. Aunque había distancia entre Londres y Sevilla, Diana no cortó su relación con su pareja. En 1997, ella decidió mudarse a Sevilla para vivir y estar con su novio. Su decisión de mudarse fue exactamente eso, una decisión. Sabía la lengua, tenía una pareja y quería vivir en Sevilla. En 1997, el año en que se mudó, su nivel de español era bueno. Sin darse cuenta, había aprendido ya la lengua perfectamente. Ahora, después de vivir en Sevilla de forma estable durante los últimos veinte años, habla español con fluidez. Se casó con su novio y tienen tres hijos juntos.
Había temporadas en que regresaba a Londres para trabajar, pero todo el tiempo seguía viviendo en Sevilla. Buscar trabajo en Sevilla no fue, ni es hoy en día, algo fácil. Por eso fue a Londres algunas veces por motivos profesionales, pero siempre volvía con su pareja y a su nuevo hogar en Sevilla. Sus viajes de trabajo ocurrieron en los años antes del nacimiento de sus hijos. Luego, como madre nueva, Diana quería pasar tiempo cuidando de sus hijos. Durante unos años, se quedó en casa con ellos. Cuando entró en la población activa otra vez, abrió su propia pastelería y ahora también enseña inglés y da clases de cocina.
Sevilla es donde Diana tiene su vida. Aquí viven su esposo y sus hijos. Aquí tiene su carrera como chef y como profesora. Ha aprendido las normas de la cultura local, aunque no fue siempre fácil. A ella le gusta vivir en Sevilla, que es una ciudad buena, pero ve grandes diferencias culturales con Londres, sobre todo por el tamaño y el carácter de la gente. Sevilla es una ciudad pequeña donde las personas son amables y sociables, mientras Londres es enorme y su población parece menos amable. Por encima de las diferencias, Diana dice que es importante aprender de las otras culturas y que su experiencia no ha sido mala. Los cambios más difíciles están relacionados con sus hijos, porque a ella le gustan las tradiciones de Londres y quería que ellos experimentaran lo mismo que ella cuando era niña.
A la vez que quiere compartir su cultura londinense con sus hijos, sabe que Sevilla es un buen lugar para criarlos. Diana enseña su cultura británica a sus hijos de todas las maneras que puede, incluyendo viajes a Londres. Sin embargo, está contenta con las vidas que sus hijos tienen en España, hablando también sobre la seguridad que siente en Sevilla en comparación con Londres. Para Diana, el peligro de que te roben en Sevilla es mucho menor que en Londres, una ciudad mucho más grande con muchos más peligros sobre los que pensar. Por ejemplo, describe que puede caminar sola por la calle de noche sin miedo en Sevilla, pero que en Londres tenía más miedo, por el peligro, por ejemplo, de ser apuñalada, entre muchos otros. La seguridad que ofrece Sevilla es una factor de calidad de vida muy importante para ella.
Aunque le gusta vivir en Sevilla, esta inglesa no quiere renunciar a su pasaporte del Reino Unido. Esto significa que conserva su ciudadanía británica, pero también que no puede convertirse en ciudadana española. Sin la ciudadanía española, no puede votar en Sevilla. Como ciudadana británica, puede votar en sus elecciones aun viviendo fuera. Sin embargo, después de residir fuera de Inglaterra durante quince años, también pierde su derecho para votar allí. Ahora, Diana no puede votar en ningún lugar, un derecho que a ella le gustaba ejercer. Ahora no tiene ninguna voz que la represente en Inglaterra ni España.
La consecuencia más relevante hoy en día es que Diana no ha tenido voz en el referéndum del Brexit, porque ocurrió después de que ella perdiera su derecho a votar en Inglaterra. Se conoce como Brexit la decisión de 2016 de los ciudadanos británicos de salir de la Unión Europea. El resultado se alcanzó por una mayoría que, con un estrecho margen de diferencia, votó por irse. Aunque fue una decisión que se tomó hace dos años, la separación aún no se ha practicado y continúan las negociaciones entre el gobierno de Londres y el de la Unión Europea. Los ciudadanos británicos no saben exactamente qué cambiará y qué seguirá igual. A Diana le frustra saber que tendrá que enfrentarse a las consecuencias de Brexit, aunque no tiene todavía una opinión sobre qué ocurrirá.
La tabla muestra el porcentaje que votó por salir de la UE (de rojo) y por quedarse (en azul). Londres aparece como un punto azul proeuropeo aislado entre mucho rojo. El porcentaje de los que quieren salir es un poco mayor que el de los quieren quedarse. La tasa de participación de votantes fue muy alta. Es importante para la historia de Diana en muchas maneras. Primero, ella no pudo votar, y su ciudad de origen, Londres, votó para quedarse, algo que ella parece pensar también que es lo mejor. Segundo, un porcentaje muy pequeño de personas impactó en la vida de Diana en una manera muy grande, por supuesto sólo en el caso de que el Brexit se traduzca en cambios negativos para ella. Pero, el 3,8% de los votantes determinó el destino de todas las personas afectadas por la decisión.
En este momento, todos los ciudadanos británicos que viven fuera del país están aguantando la respiración. Como dijo Diana, nadie sabe qué va a pasar con el Brexit. El Reino Unido y la Unión Europea llevan discutiendo dos años cómo será el Brexit exactamente y cuáles son las consecuencias para las personas afectadas. Ella tiene esperanza de que estar casada con un español le proporcionará suficiente seguridad por la condición de España de miembro de la Unión Europea. El problema es que nadie sabe qué va a pasar. Si nada ocurre, ella no tendrá que preocuparse. Si algo pasa, tiene un esposo español y esto probablemente es suficiente para ella.
Aunque Diana ha perdido su derecho a votar en el Reino Unido y no tuvo voz en la votación del Brexit, le gusta su vida en Sevilla y no quiere cambiarla por nada. Tiene éxito aquí, como resultado de su trabajo duro y su dedicación en todo que hace. Está contenta, con su familia, su carrera, y la vida que creó en la capital andaluza. Sin embargo, Diana también tiene un lugar en su corazón para Londres. Aunque no puede recuperar sus derechos electorales perdidos como británica, puede visitar cuando quiera la ciudad donde nació.