
Entras en la calle Feria la mañana de un jueves e inmediatamente encuentras un mundo nuevo. Los sonidos y la energía crecen a niveles mucho más altos que en las calles de alrededor. No has pasado más de dos minutos allí cuando alguien empieza a cantar y otra persona te tira un paquete de pipas como regalo. El mercadillo El jueves es como una ciudad dentro de Sevilla, que solamente existe un día cada semana. Los ciudadanos de esta comunidad temporal tienen sus estilos, personalidades y artículos para vender propios, pero juntos crean un lugar distinto al resto de Sevilla.
Es posible encontrar todo lo que puedas imaginar: corbatas, zapatos, incienso, vestidos del Flamenca, películas, artículos religiosas y libros, libros, y más libros. Cada objeto tiene una historia. ¿Cómo lo encontró el vendedor? ¿Quién lo ha hecho? ¿Qué experiencias ha vivido hasta llegar aquí?
Con sus arrugas, barba rala y blanca, y gorra de visera de patas de gallo, Enrique es uno de los ciudadanos de este singular mundo. Tiene 86 años y conoce a “todo el mundo” en El jueves. Sentado en una vieja silla de oficina, le rodean a derecha e izquierda, artículos para vender: cuadros, artículos religiosos y otros pequeños objetos sin orden ni concierto. Él está más orgulloso de algunos cuadros que de otros: los que ha hecho él mismo. Si le preguntas sobre su arte, estará dispuesto a mostrarte todos sus talentos. Sus cuadros están expuestos para que todos los puedan ver, pero su libro de dibujos sobre el Betis, su equipo de fútbol, está escondido en su bolsa verde. Además, tiene una canción para presentarse y quiere compartirla.
El mercado del jueves está lleno con personajes interesantes como Enrique. Es una comunidad de personas vibrantes y un buen lugar para conocer gente con historias increíbles.