Pedro Amusu: el futbolista que fue de Nigeria a Estados Unidos pasando por Grecia

El exfutbolista nigeriano Pedro Amusu posa junto a su coche en la entrada de su casa en Estados Unidos.

PROYECTO DEL CURSO ‘MIGRATIONS IN TODAY’S GLOBALISED WORLD’

En España la inmigración es un asunto importante pero no es el único país. Los Estados Unidos tienen una historia de inmigración muy controvertida. A través de los años, ha habido oleadas de inmigrantes de muchos países como Irlanda e Italia en la década de 1840 o de México y Centroamérica ahora. Siempre, la inmigración ha sido una cuestión polémica y política pero es importante recordar que la inmigración también es una cuestión personal. Los migrantes tienen todos historias únicas. Hoy, Estados Unidos es un destino para muchos extranjeros por razones políticas, económicas, sociales y personales.

Una de esas historias migratorias es la de Pedro Amusu, un hombre de 55 años que vive en Minnesota, en los Estados Unidos. Pedro es de Lagos, la ciudad más grande de Nigeria. Lagos también es la ciudad más poblada en toda África. Es una ciudad de rápido crecimiento y ahora está considerada un centro de finanzas del continente africano. Él y su familia son de la tribu yoruba, que constituye la mayor parte de Lagos. Cuando era niño, Pedro vivía con su padres y cinco hermanos en Nigeria. Compartía su cuarto con Alex, su hermano, mientras sus tres hermanas, Tina, Mary y Bosi, compartían el otro cuarto. Su madre era la dueña de una empresa de comercios. Su padre era un artesano. Pedro tuvo una infancia feliz y una familia muy unida. Cuando habla de su juventud, está claro que Pedro tiene mucho cariño tanto hacia su familia como a su tribu. La tribu yoruba tiene una cultura rica con mucho enfoque en la música, la filosofía y el idealismo. Pedro dice que su tribu tiene un ritmo de vida relajado pero con énfasis en la carrera y el éxito.

Todos los años de su juventud, Pedro tenía un solo interés y un solo sueño: el fútbol. Siempre fue un jugador muy hábil y, aparte del colegio, el fútbol era su vida. Cuando se graduó en el colegio, Pedro supo que tenía que perseguir su sueño de ser futbolista profesional. Se trasladó a Gabón para jugar en la universidad, y con ese cambio empezó un período de transición e incertidumbre. Cuando salió hacia la universidad, Pedro aún no sabía que nunca volvería a vivir de forma permanente en Nigeria.

Después de un año de universidad, Pablo dejó Gabón para jugar al fútbol en Costa de Marfil. Solo se quedó allí por 6 meses hasta que su sueño lo llevó a Togo. Fue un tiempo emocionante y lleno de aventuras. Su tiempo en Togo también fue breve y se trasladó a Grecia para jugar en un equipo profesional en la segunda división. Fue su primera estancia en Europa y fuera del oeste de África. Grecia era muy diferente de sus expectativas y allí vivió su primer experiencia de choque cultural.

Pedro pasó muchos meses en Grecia hasta que experimentó un choque aún mayor. Su equipo de fútbol estaba en un hotel después de un partido en otra ciudad. Hubo un gran inundación en su parte del hotel y los miembros del equipo necesitaron separarse. Pedro se trasladó a otra parte del hotel y su nuevo cuarto era vecino del de una chica de su edad. Esta chica se llamaba Laura Ferrian y era de los Estados Unidos. Cuando Pedro y Laura se encontraron fuera de sus habitaciones, hubo una conexión inmediata. Laura y Pedro pasaron gran parte de la siguiente semana juntos y empezaron una relación.

En rojo, los lugares donde ha desarrollado su vida Pedro Amusu en África y Europa.

Desafortunadamente, Laura estaba de vacaciones y tuvo que volver a los Estados Unidos. Después de que ella saliera de Grecia, Pedro y Laura mantuvieron su relación de larga distancia. Mientras su novia estaba en los Estados Unidos, la vida de Pedro fue inestable. Después de un año en Grecia, se trasladó a Bélgica por 9 meses y luego a Inglaterra. En Inglaterra Pedro decidió que necesitaba un cambio. Deseaba estabilidad en su vida y en su carrera. El fútbol era su sueño pero creaba una vida difícil. Durante casi 5 años, Pedro no había tenido un hogar sólido. Con esta sensación, Pedro eligió trasladarse a los Estados Unidos para crear una nueva vida con Laura.

Fue un decisión monumental pero no cambió su vida inmediatamente. Para empezar una vida en los Estados Unidos, Laura y Pedro necesitaron casarse y solicitar visados y tarjetas. Una relación con un nativo de los Estados Unidos es un camino de inmigración más fácil que otros, especialmente para un hombre de un país en desarrollo. Aunque Pedro tuvo esta ventaja, todavía le tomó mucho tiempo obtener la «visa de prometido». Este visado tiene muchos requisitos para verificar que su matrimonio es por amor y no solo para entrar en los Estados Unidos. Con esta visa de prometido, que también se llama la K-1, tienes que casarte dentro de 90 días después de tu entrada. También necesitas entrevistarte con agentes de inmigración para demostrar la validez de la relación. En estas citas, tienes que mostrar fotos, correos, cartas o recuerdos para ilustrar que el cariño es real. Es un proceso largo con mucho trabajo administrativo.

En 1993, Pedro y Laura pasaron por este proceso con pocos obstáculos. Tuvieron pánico cuando su solicitud fue rechazada inicialmente porque había un error en uno de los papeles. Ellos corrigieron el error y después de muchos meses Pedro obtuvo su visado K-1. Pedro se trasladó a Saint Paul, en Minnesota, con Laura y se casaron rápidamente. Aunque el proceso de inmigración fue difícil, la transición a un país y una vida nueva fue más desafiante.

Según Pedro, el mayor cambio fue su carrera. «Antes de llegar a América, nunca había trabajado en mi vida» fuera del deporte, afirma. Su vida en África y Europa era solo fútbol. En los Estados Unidos, en este tiempo, no existía una liga de fútbol profesional equivalente a las europeas. Cuando llegó a América, Pedro supo que no podía jugar al fútbol pero no tenía un plan para trabajar en algo distinto. Su primer puesto en Minnesota fue en la construcción. El trabajo era difícil y fatigoso. La transición a una vida estable también fue dura. Pedro extrañaba la vida del fútbol, con muchos viajes y las estrechas relaciones con sus compañeros de equipo. Además, extrañaba a su familia en Nigeria. Ahora había un océano entre sus mundos y vidas.

Con tiempo y el apoyo de su esposa, su vida en América mejoraba. Laura es de Minnesota y tenía a su toda familia muy cerca. Ella también tenía su propia tienda, una peluquería. Su sueldo y su familia ayudaron a Pedro a crear un vida y una carrera diferentes. En 1997, tres años después de la llegada de Pedro a los EEUU, Laura y Pedro tuvieron dos grandes cambios en su vida. Primero, Laura estaba embarazada. En enero de 1997 nació su hijo, Gregory Pedro Amusu. En abril del mismo año, Pedro recibió la oportunidad de jugar al fútbol otra vez. En Seattle, Washington, un equipo que se llama Seattle Sounders lo eligió para jugar en la siguiente temporada. El fútbol estaba creciendo en popularidad en Norteamérica y varias ciudades tenían ligas profesionales. Aunque Gregory era muy pequeño, Pedro y Laura comprendieron que era un puesto único. Pedro aceptó la oferta y se trasladó a Seattle para la nueva temporada.

Las ciudades donde ha vivido Pedro Amusu en Estados Unidos.

Al principio, Pedro disfrutó su nueva vida en Seattle. El ambiente del equipo era familiar para Pedro y el fútbol seguía siendo, como siempre, su pasión. Aunque el fútbol era su carrera, después de pocos meses, Pedro se dio cuenta de que su familia y Minnesota eran su hogar. Pedro terminó la temporada y volvió a Saint Paul. La breve experiencia con el equipo de fútbol de Seattle inspiró a Pedro a involucrarse en otro equipo más cercano a su residencia, pero en un puesto diferente. Así fue como empezó a entrenar a un equipo semiprofesional en Minnesota. Seguía así su pasión todavía, pero de una manera diferente.

Ahora, han pasado casi 30 años desde la llegada de Pedro a los Estados Unidos. Cambió su carrera muchas veces y hoy tiene una empresa de transporte y entrena a equipos de fútbol juvenil en su tiempo libre. Pedro y Laura se han separado pero mantienen una buena relación. Su hijo creció y se graduó en la universidad el año pasado.

Los hermanos y los padres de Pedro todavía viven en Nigeria. Él visita a su familia la mayoría de los años en el verano. Siempre se queda un mes o más y viaja a Lagos y otras ciudades para reunirse con toda su familia y sus amigos. Pedro le tiene cariño a su lugar de nacimiento y le encanta visitarlo pero ahora Estados Unidos es su hogar. Siguió el camino de sus sueños y creó una vida muy diferente a la de su juventud. Pedro cree que hay valor en los sueños y las pasiones individuales, pero dice que, para él, la familia es lo más importante.