
Tres mujeres, profesionales de la comunicación y activas feministas, reflexionan sobre los estereotipos que los Medios de Comunicación y activas feministas, reflexionan sobre los estereotipos que los Medios de Comunicación y la publicidad crean sobre el ideal de belleza femenino, poniendo a las mujeres en conflicto con sus propios cuerpos.
Para María Zambrano “La belleza hace el vacío –lo crea–, tal como si esa faz que todo adquiere cuando está bañado por ella viniera desde una lejana nada y a ella hubiere de volver, dejando la ceniza de su rostro a la condición terrestre, a ese ser que de la belleza participa […]”. En su definición poética la belleza no es inerte, está en movimiento y tiene un estrecho vínculo con la creación.
¿Qué relación hay entre lo femenino y la belleza? La directora de cine Sofia Coppola en una entrevista con Stylist afirmó que existe una presión sobre las mujeres que las obliga a estar perfectas en todo momento: “Pienso que actual- mente se aspira a un prototipo concreto de belleza, mientras que en el pasado existían diferentes tipos de rostro, como por ejemplo es el caso de las actrices de los setenta. Ahora, las actrices tienen que ser como modelos, pero a mí siempre me han atraído más las mujeres que parecen reales”.
La poetisa Alejandra Pizarnik también se confesaba en sus Diarios: “Creo que mi aspecto físico es una de las razones por las que escribo: tal vez me creo fea y por ello mismo eximida del exiguo rol que toda muchacha soltera debe jugar antes de alcanzar un lugar en el mundo, un marido, una casa, hijos. Pero a veces, mirándome bien, veo lúcidamente que no soy nada fea y que mi cuerpo, aun
que no intachable, es muy bello. Pero yo amo tanto la belleza que cualquier aproximación a ella, en tanto no sea su consumación perfecta, me enerva. Y que mi rostro sea interesante no me consuela”.
Estos tres conceptos están relacionados: feminidad, belleza y cuerpo. Son los tres aspectos que tienen en común las revistas enfocadas a las mujeres y lo que repercute directamente en el imaginario social que las define.
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La periodista Sandra Camps, directora del programa de Radio Nacional de España En primera persona, permite que los protagonistas sean los narrado- res de su propia experiencia. “Es imprescindible que cada uno cuente su historia con sus tiempos y en sus espacios, que el periodista no dé una pregunta con la respuesta implícita”. Recientemente, entrevistando a un grupo de madres, pudo comprobar la importancia que éstas le daban a llamar a sus hijos por su nombre. En su trabajo, Sandra ha entrevistado a personas de perfiles muy variados, con vidas muy diferentes entre sí y ha llegado a la conclusión de que no se visibilizan los cuerpos que no se adaptan a un estándar: “una chica de 20 años tenía talla grande y no podía vestirse acorde a su edad, sólo en una tienda tenían tallas grandes modernas”. Aun así, Sandra valora que cada vez haya más conciencia sobre el propio cuerpo, más allá del juicio de la belleza. “Hay culto al cuerpo en la salud, pero sigue presente en los medios porque se utiliza casi siempre para conseguir más audiencias. El físico dice mucho de una persona, una mujer con nariz pronunciada, para mí, es interesante. ¿Quién define si es guapa o es fea?“

Nekane Serrano coordina la Asociación de Mujeres María Laffitte, desde la que ha realizado varios proyectos para visibilizar micromachismos, ayudar a mujeres maltratadas, dar voz a personajes femeninos y, en definitiva, llegar a una mejor realidad social. Nekane entiende la frustración de los cuerpos deseados como síntoma: “Desde pequeñas se nos ha educado en casa (aunque no sea mi caso) y en el colegio para gustar a los señores. Aun así, a todas nos gusta estar guapas, ¿porque queremos o porque nos dicen cómo estarlo? Al final todas caemos en lo que está estipulado”.
Sofía Coca es una de las coordinadoras de Zemos98, un equipo de gestión creativa cultural que promueve internacionalmente la educación, la comunicación y la creación audiovisual. Son creadores de talleres y eventos participativos en los que lo social, lo cultural y lo político suelen estar unidos. Para Sofía, el problema está en los complejos inculcados a las mujeres: “Se trata de un conflicto de disociación, hay un modelo impuesto: ser mujer, madre y trabajadora. El hombre puede dedicarse a su éxito laboral y es suficiente. La mujer, si no tiene hijos, está incompleta. Sentimos que no cumplimos esas expectativas desde el desarrollo, por ejemplo con la depilación, pero también con la industria del porno que nada tiene que ver con la realidad de la intimidad, los techos de cristal y que, en general, el mercado de trabajo no se puede conciliar con la vida de familia”.

Sandra no consume las revistas porque no le gusta que le digan lo que necesita. “Me gustan las revistas de fondo feminista, la mujer no es algo que debe encorsetarse. Tenemos valores que hay que defender, nosotras no hemos ganado ninguna batalla todavía, es constante. Las científicas existen, puedo votar porque alguien batalló por el sufragio universal. Todo lo que tiene que ver con esa información que te hace ver la lucha de derechos y deberes me gusta”. Nekane considera que a las revistas les falta todo, aunque “afortunadamente algunas mujeres sirven de referencia”. Se refiere a las que se salen de los estereotipos y marcan una nueva visión, sin estar necesariamente dentro de los patrones. “Son las que deciden no pesar 40 kilos midiendo 1,70, o no tener mucho pecho, o no tener la 90-60-90. No se meten con los gordos, ellos pueden existir, se preocupan por ellas. También por las que tienen arrugas o las que son diferentes a lo estipulado”.
“Hay que crear medios feministas, las mujeres debemos ser representadas de manera real, más allá de ser un objeto de consumo y mercado”, señala Sofía. “No necesitamos una belleza farmacéutica, esos referentes femeninos son muy negativos para las niñas”. Para ella, el feminismo consiste en ampliar los límites democráticos y hacer sociedades más inclusivas. Los objetivos de Zemos98 —además de conseguir su propia sostenibilidad económica—, son la conciliación del capital, el trabajo y la vida; responsabilizarse y crear una cultura crítica, empoderada y autosuficiente.
¿Tratan las mujeres de imitar la imagen de las revistas o son las revistas las que tratan de plasmar la realidad de las mujeres? Sandra lo considera un efecto perverso, que funciona como un bucle. “Los diseñadores son los dictadores de la moda.
Sin tendencias, ¿cómo vestiría la gente? El ser humano está pasando a ser una percha: no podemos salir de ciertas tallas, vestimos igual, no hay autenticidad. Hacemos moldes estéticos”. Nekane considera que no es fácil ser diferente. “Yo no soy el prototipo de mujer estándar. Desde que me marché fuera y mi madre dejó de mandar sobre mí, me cambié el pelo y me lo puse de todos los colores. He de ser honesta conmigo misma, a veces compro cosas porque me gustan, otras veces no hago un análisis exhaustivo. Es muy difícil evadirte y quedarte fuera de lo que nos está presionando. Además, las que están fuera son las más señaladas”.

Sofía es muy crítica con ciertas industrias. “Hay dictámenes liberales, neoliberales, moda, arte. La tiranía de la belleza es difícil de confrontar. También la cultura de la violación que defiende que el cuerpo se puede poseer”. Como parte de una industria que quiere mantener su poder a toda cosa, las revistas femeninas no se transforman, sino que tratan de adaptarse. “¿Puede ser generalista el feminismo? ¿Para quién? Se ha perdido miedo a decir esa palabra, o igualdad, que se refiere a lo mismo desde una postura conservadora”, afirma Sofía.
UN CAMBIO DE PARADIGMA NECESARIO
“Yo entrevistaría a mujeres ‘normales y corrientes’, les preguntaría qué les gusta, por qué visten así. Podríamos ver lo que realmente queremos exponer, no ser reprimidas,” sugiere Nekane. “El otro día en la calle, unas niñas les comentaban a sus madres qué querían comprarse. Señalaron un escaparate de ropa infantil que parecía hecha para jóvenes de 20-30 años. También existen locales en los que se celebran cumpleaños con temática de princesa”, explica de coordinadora de la Asociación de Mujeres María Laffitte.
Para Sofía, la educación es imprescindible, aunque la transformación más necesaria es la de los medios. “Hay que plasmar la diversidad. No sólo por el cuerpo, también la multiplicidad racial, la diversidad funcional. Debemos exigirles eso a los medios públicos que muchas veces se olvidan de la importancia del lenguaje por sus libros de estilo. Las mujeres no aparecen fallecidas, a las mujeres las asesinan”. •