
Tengo un amigo al que conozco desde hace 15 años más o menos. Hemos ido juntos a la escuela primaria y secundaria, y también a la universidad. Es un chico atlético que obtuvo una beca para jugar lacrosse en la universidad. Es relajado y tenía toda la suerte del mundo. Su nombre es Andrew.
Hace cuatro veranos, durante el fin de semana del cuatro de julio, Andrew viajó a la playa en México con sus amigos. Las olas eran increíblemente fuertes aquel día. Como todas la gente en la playa, Andrew estaba jugando, zambulléndose entre las olas, cuando bajo una ola su cabeza y cuello chocaron con la arena. De repente, hubo caos. Recuerdo cuando mi madre me dio las noticias. Como Juan Belmonte el día de la muerte de su amigo Joselito, yo no podía creerlo. Recuerdo haber dicho, “no, no es posible, él es socorrista, Andrew tiene planes para el próximo año, no lo entiendo”. Y mi madre se sentó allí, con lágrimas en los ojos. Los paramédicos vinieron, e inmediatamente transportaron a Andrew al hospital en México D.F.. Andrew había quedado en coma y tenía mucha arena en sus pulmones. A los pocos días, fue transportado en un vuelo de emergencia a un hospital en los Estados Unidos, y ahí es donde se descubrió que estaba paralizado de la cintura para abajo. En este momento, su vida, la de su familia y amigos cambió.
Las noticias eran difíciles de entender, ¿como es posible que una vida cambie tan rápidamente? Los siguientes años fueron difíciles para Andrew y para todos nosotros, aunque yo aprendí algo muy importante de esa situación tan grave, algo que ha cambiado la forma en la que veo mi vida: es importante ser agradecida. Hoy, Andrew está en silla de ruedas, pero estudia en la universidad y, poco a poco, está aprendiendo a usar su cuerpo y a sentirse mejor.
Esta historia no es para ponerte triste. Sólo quería explicar que ese momento cambió mi perspectiva sobre mi propia vida y sobre las personas con discapacidad. Me he dado cuenta de que con un chasquido de los dedos tu vida puede cambiar. Es importante ser agradecida sobre las cosas grandes como tu familia, una oportunidad para tener una aventura, o tu cuerpo, pero también sobre las cosas pequeñas, como simplemente ser capaz de pedirte un café. A veces es difícil, pero entonces recuerdo que hay personas que no tienen en la vida lo que yo tengo.