Más que sólo tradición: cuando mis bisabuelos escaparon de los masacres antisemitas

Mi bisabuelo Max Lafkowitz, entregando telegramas en su juventud.

PROYECTO DEL CURSO ‘MIGRATIONS IN TODAY’S GLOBALISED WORLD’

Todos nos sentamos alrededor de la mesa de mi abuela. Yo podía oler la falda y la sopa de pelota matzo. Tenía 10 años. Las oraciones comenzaron. Eran diferentes de las oraciones en mi iglesia cristiana. No sabía qué estaba ocurriendo, pero sabía que era especial. Era el seder de la pascua. Cada año durante mi infancia, celebrábamos el seder de la pascua con mi abuela. Mi madre es cristiana, pero mi padre es de una familia judía. Aunque yo asistía a una iglesia cristiana, me encantaba celebrar todas las fiestas judías, porque no sabía mucho de la comunidad, con la que siempre he tenido una conexión. Siempre quería saber más, por eso me encantaba hablar de mi comunidad en la escuela. No recibí una educación similar a la de los estudiantes de las escuelas judías, pero todas las escuelas a las que fuie siempre daban información sobre otras culturas. En el grado 7, leímos el Diario de Anne Frank. Quería saber más de la comunidad judía, pero después de esta experiencia, quería sobre todo saber la historia de mi familia. Me di cuenta de que tenía muchas experiencias sobre la fe y las fiestas, pero no había respondido aún a esta pregunta: ¿cómo llegó mi familia judía aquí?

Fui a mi casa después de terminar el libro en clase, y les pregunté a mis padres cuál era la historia de nuestra familia. Ellos me contaron una historia que ha pasado a través de cada generación sobre mi bisabuelo paterno. Se llamaba Joseph Klinger, pero este no fue siempre su nombre. Vivió en Rusia durante los pogromos, los actos de violencia y masacres contra los judíos que vivían en el imperio ruso durante el siglo XIX. Joseph Gravnavich (o algún derivado) sabía que necesitaba escapar. Joseph fue a Austria, y vivió con una familia hasta que pudo emigrar a los Estados Unidos. La familia tenía el apellido Klinger. Cuando Joseph llegó a los Estados Unidos a principios de 1900, cambió su nombre a Joseph Klinger, porque se sentía muy agradecido a la familia que le salvó la vida. Joseph murió cuando su hijo, mi abuelo, era muy joven, y tampoco tenemos datos o documentos oficiales de él. Por eso, es un poco dificil saber la verdad, pero he aceptado esta historia oral de la familia como verdadera. Creo que no es muy importante que sepamos la verdad exacta. Esta historia es muy especial para mi familia, porque es algo para pasar como herencia a través de las generaciones.

Durante la mayor parte de mi vida, esta historia fue suficiente para aliviar mi curiosidad, pero desde que mi abuelo murió, mi relación con mi abuela ha mejorado y quiero conocerla mejor. Amo a mi abuela mucho, por eso quería saber más sobre la historia de su familia. Decidí llamar a mi abuela recientemente. Ella pudo conseguir más información sobre la familia de mi abuelo. Confirmó que no sabemos cómo Joseph llegó a los Estados Unidos, pero sí algunos datos sobre su vida y su familia, como que conoció a mi bisabuela en Nueva York. Mi abuela no está segura de si mi bisabuela vino de Austria o de la República Checa. Joseph era pintor de casas. Otros familiares de Joseph llegaron también a los Estados Unidos. Pero como el país tenía cuotas de inmigración, y ya había aceptada el máximo de los judíos, una parte de nuestra familia, con el apellido Welsh, no fue aceptada en Estados Unidos y tuvieron que ir a México. Según mi abuela, ellos tuvieron una buena vida allí. Nunca había escuchado esta información de mi familia, así que estaba emocionada y quería averiguar más.

Después de estos detalles, mi abuela compartió conmigo la historia de sus padres y sus abuelos. A principios de 1900, Nathan Lafkowitz llegó a los Estados Unidos con sus hijos, Max y Stella. Nathan es el abuelo de mi abuela, y Max es su padre. Él tenía familiares en Columbus, Georgia, propietarios de una plantación, y se fue a vivir con ellos.

Documento de naturalización como estadounidense de Max Lafkowitz.

Nathan trabajó como escribano en su país de origen, pero en los Estados Unidos era un maestro de hebreo. Mi abuela no sabe en qué trabajaba su padre, Max, pero a ella le encanta un foto de mi bisabuelo entregando telegramas con uniforme de cartero cuando tenía 15 años. Ella dijo que, “la ética del trabajo es muy fuerte en la familia Lafkowitz”.

Aunque su apellido era Lafkowitz, hubo un fallo de comunicación a la entrada de los Estados Unidos. Los agentes de inmigración no podían entender a todas las personas y sus acentos, y por eso cambiaron algunos de los nombres. A veces usaron un ‘a’ para deletrear Lafkowitz, pero otros veces usaron una ‘e’ para deletrear el mismo nombre como Lefkowitz. Fue difícil, porque la realidad es que tenemos más familiares que no conocemos debido a este cambio. Mi abuela experimentó esta realidad en la escuela secundaria. Descubrió que un estudiante en su escuela era un primo suyo desconocido hasta entonces, porque él tenía una ortografía diferente de Lafkowitz. También mi abuela mencionó que hay familiares de la familia Lafkowitz en California y Argentina, pero que no sabe mucho sobre ellos.

La madre de mi abuela y la esposa de Max Lafkowitz experimentó un cambio de nombre también. Ella se llamaba Dorothea Rosenbaum cuando llegó a los Estados Unidos. El final ‘-ea’ estaba de moda entonces, porque sonaba a Grecia. Dorothea llegó en 1907 desde Rusia a través de la isla de Ellis. Como su esposo Max,  Dorothea y su familia fueron recibidos por los parientes que ya vivían en los Estados Unidos. Ella vivió con ellos en New Haven, Connecticut, porque se comprometieron a cuidar de su familia después de inmigrar.

Mi abuela describió la vida de sus abuelos y padres como la de Fiddler on the Roof (El violinista en el tejado). Esta obra de teatro llevada al cine muestra a una familia pobre en un pueblo pequeño de Rusia. La comunidad de los judíos es allí muy fuerte, y su práctica de la religión es aún más fuerte. El personaje principal tiene cinco hijas, y quiere que ellas sigan las reglas y la cultura del judaísmo muy estrictamente. Esto es muy parecido a mi familia, porque Nathan era muy religioso, como el personaje principal. También mi familia vivió en un pueblo muy similar al pueblo de la obra. La historia tiene lugar durante el imperio ruso y los tiempos de los pogromos. Esa fue la época en que mi familia salió de Rusia. No tenemos mucha información de la familia de mi abuelo como dije antes, pero podemos asumir que Joseph y su esposa tuvieron una vida similar a la del mismo tiempo y lugar.

Aunque mi familia escapó de los pogromos, los judíos que se quedaron no fueron tan afortunados. Entre 5 y 6 millones de judíos fueron asesinados en el holocausto de 1941 a 1945. Ellos procedían de los mismos lugares que todos mis bisabuelos. Mi abuela tenía 5 años al principio de la guerra, y tenía 10 al final. Ella no sabe mucho de aquellos años, porque sólo era una niña. Vivía muy cerca de un campamento del ejército. Cuando veía a los hombres uniformados, sus padres decían que iban a practicar, pero ella sabe ahora que iban a combatir en la guerra. Max y Dorothea hablaban yiddish en sus países de origen, por eso mi abuela cree que sus padres hablaban en yiddish cuando ellos querían hablar de la guerra y el holocausto. Sólo unos años después, su grupo juvenil en la sinagoga comenzó a educar a los jóvenes sobre lo que les sucedió a los judíos. Durante la infancia de mi padre, Steve, era muy común recibir un educación fuerte sobre el holocausto y todas los atrocidades cometidas contra la comunidad judía. Cuando mi familia fue a Washington, D.C., para visitar el museo del holocausto, mi padre ni siquiera quiso entrar, porque, dijo, “experimentaba este museo cada día cuando era joven”. Yo no tuve una educación similar, pero aprendí mucho de mi familia. Además, en todas mis escuelas hablaron mucho del holocausto. Creo que es muy importante recordar la historia no solo de mi familia sino también de la comunidad judía, porque su historia es la historia de nuestra familia.

La historia de los violaciónes de derechos humanos no fue la unica historia que mi familia trajo en el barco. Ellos también se trajeron la cultura entera de los judíos. Como dije antes, mi tatarabuelo Nathan era muy religioso, porque era un maestro de hebreo. Mis bisabuelos Max y Dorothea eran muy religiosos también. Mi abuela es la más religiosa en toda nuestra familia. La cultura y la fe siempre han sido importantes en mi familia. La familia de mi bisabuela trajo las velas para el shabat, el servicio para comenzar el día de reposo. Las velas se pasaron a Dorothea y luego a mi abuela, porque eran las más religiosas de la familia. Mi abuela, que enciende las velas para el shabat cada viernes, me dijo: “Me siento conectada [a mi familia]” durante este proceso.

Cuando mi padre y mi tío se casaron con mujeres cristianas, fue difícil entender cómo se podían mezclar las dos culturas. Para mí, ahora es una mezcla bonita. Celebramos las fiestas judías con mi abuela, y la invitamos a celebrar las fiestas cristianas con nosotros. Algunos de mis mejores recuerdos son de las celebraciones de las fiestas judías. Me encanta tener dos culturas que legar a mis hijos en el futuro. Cuando era niña, nunca supe cuánta historia había en la mesa de la pascua, pero ahora sé que los espíritus de mis antepasados que escaparon de la persecución como los judíos de Israel se nos unen cada año en esa celebración de liberación.