
PROYECTO DEL CURSO ‘MIGRATIONS IN TODAY’S GLOBALISED WORLD’
Janine Peters, la inmigrante alemana que defiende a los refugiados en Sevilla
Hoy tengo el placer de hablar sobre Janine Peters y su vida como inmigrante. Conocí a Janine mientras estábamos jugando al voleibol en el Centro Deportivo San Luis, y me dijo que ella era de Alemania. Después de acabar el partido, le pregunté, “perdóname, ¿tienes tiempo para una entrevista para mi clase?”. Obviamente, dijo “¡sí!”. En los siguientes párrafos cuento todo sobre Janine Peters, y su vida como una inmigrante en Sevilla.
Quedamos para la entrevista en el Corral de Esquivel, un bar en la plaza de la Alameda de Hércules. Para estar más cómodos, pedimos dos cañas y una tortilla española. Después de comer, empecé la entrevista con algunas preguntas básicas como “cuántos años tiene, de dónde eres” y otras preguntas como esas. Janine es una mujer de 29 años. Viene de un pequeño pueblo que se llama Meldorf, en Alemania, y ha vivido la mayor parte de su vida allí. Meldorf tiene 8.000 habitantes y está en el norte de Alemania, en la costa oriental del Mar Norte. Hamburgo es la ciudad más grande cerca de su pueblo.
Cuando era niña, Janine creció en Meldorf junto con su madre, su padre y su hermano. Su hermano vive en el sur de Alemania, sus padres viven cerca de Colonia y todos sus otros familiares también viven en el país. Ella es la primera de la familia que vive en el extranjero. Su familia tiene una granja con muchas vacas, en la que Janine ha trabajado cuando era más joven. Cuando ella estaba con su familia vivían cómodamente los cuatro y no tenían problemas económicos. Janine estudió en un instituto técnico y después cursó Relaciones Internacionales en Dresde, en la antigua Alemania del Este. Durante su tiempo en Dresde, Janine enseñaba inglés a los estudiantes y trabajaba en una granja también. Además, ha aprendido sobre la producción y el cuidado de las plantas. Antes de irse a Sevilla, vivía en Nueva Zelanda y trabajaba en un bar llamado Irlanda. Janine fue a Nueva Zelanda con la organización WWOOFing, que envía gente a lugares exóticos para trabajar y aprender inglés. Ahora está recibiendo clases en Sevilla para conseguir su grado en Relaciones Internacionales.
Cuando Janine vino a Sevilla, tuvo un viaje muy fácil y sin ningún problema. Volvió a Alemania después de su etapa en Nueva Zelanda y luego tomó un avión hasta Sevilla. En realidad su viaje fue muy cómodo. No había una guerra o un desastre natural que forzara a Janine a abandonar su país. Janine me describió la situación política en Alemania y dijo que tiene un nuevo gobierno fuerte. Hay una coalición entre los conservadores y los socialdemócratas para que mejore el sistema político en Alemania. La economía alemana también es fuerte pero hay escasez de trabajadores. Alemania tiene muchos trabajos que ofrecer, pero no hay bastantes empleados que ocupen esos puestos. Luego, Janine me dijo que llegó a Sevilla con una beca Erasmus, el programa educativo de la Unión Europea, cuando tenía 25 años. Ha estudiado en Sevilla durante dos años, pero vive aquí desde hace cuatro. Ahora Janine tiene una vida divertida, y ha hecho muchos amigos. “¿Crees que tu vida en Sevilla es mejor o peor?”, le pregunto. Responde que “la vida social en Sevilla es mejor que en Alemania. La gente aquí es amable y no tiene mucho estrés en su vida. En Alemania hay una mentalidad de trabajo primero, y descanso después”. Le gusta la vida en Sevilla porque es relajada, la gente es amable y no se obsesiona con su trabajo.
En Sevilla Janine hace un voluntariado con la organización Amnistía Internacional, donde ella es coordinadora para los asuntos de refugiados y migración. Prepara algunas conversaciones con los refugiados y encuentros donde otras organizaciones discuten los problemas que se encuentra migrantes y refugiados. A Janine le gusta mucho su trabajo de voluntaria y quiere hacer lo mismo en el futuro con otras ONG. Quiere trabajar en el campo de la economía ambiental para mejorar el mundo. Aunque Janine cree que ahora será más difícil conseguir un trabajo en España que en Alemania debido a la crisis económica. También sabe que recibirá un salario menor en España que en Alemania. Su dilema es vivir en España y ganar menos dinero, o vivir en otro país ganando más. El mismo dilema al que mucha gente que vive en España se enfrenta cada día. La crisis económica disparó el nivel de desempleo entre la población española. Los jóvenes y las personas mayores tienen mucho más difícil encontrar un trabajo, y cuando alguien lo encuentra, la realidad es que no le pagan bastante para tener una vida cómoda. Por eso ella está pensando en salir de España para trabajar en Alemania. Janine me dijo que en Alemania hay una escasez de empleados en casi todos los campos de trabajo. Esto me resulta interesante, porque siempre oigo sobre los países con demasiada gente sin trabajo. Aunque en el caso de Janine parece que su felicidad es más importante que la disponibilidad de los trabajos.
Después de haber vivido en Sevilla, Janine cree que es muy afortunada. Me ha dicho que Sevilla es una de sus ciudades favoritas en el mundo, y que el ambiente y el idioma son increíbles. A Janine le encanta Sevilla, aunque quiere vivir en otras ciudades españolas como Madrid o Barcelona y aprender más del idioma. Pero en donde más desea vivir es París. Cree que París es la ciudad más bonita del mundo, y vivir allí sería para ella como un sueño. En realidad, Janine puede vivir en muchos países porque habla cuatro idiomas: inglés, alemán, español y francés. Su capacidad para hablar muchos idiomas es valorada y deseada en muchos trabajos en todo el mundo.
Mientras Janine disfruta su tiempo en Sevilla, a la vez hay algunas cosas que no le gustan de la vida aquí. Primero, tiene un problema para conectar con la gente en Sevilla. “Algunas veces siento que no puedo pertenecer a Sevilla o España porque hay una distancia grande entre ellos y yo”, dice sobre los habitantes nativos. Siente el aislamiento de la población porque hay un obstáculo lingüístico. En Sevilla se habla un español que es muy diferente al del resto de la población hispanohablante. El idioma en Sevilla es el español, pero hay muchísimos cambios que sorprenden a los extranjeros y también a otros hispanohablantes. Aprender este tipo de habla es muy difícil y tardas mucho tiempo. Para acostumbrarse al idioma más rápido, Janine toma clases de español. Estas clases la han ayudado pero todavía se siente como una extranjera que no puede integrarse del todo en Sevilla. La sensación de ser una forastera ha sido su única queja en Sevilla. Creo que con más clases e inmersión en la cultura con los sevillanos, Janine sería como una auténtica sevillana.
La mayoría del tiempo que ha vivido de inmersión en la cultura sevillana, Janine se lo ha pasado muy bien. Tiene mucha suerte, porque no tuvo mucho estrés en su viaje, tampoco un entorno malo en Alemania que la forzara a emigrar. Tenemos que recordar que los inmigrantes no son solo refugiados, los pobres o personas ilegales. Existen millones de “inmigrantes” que han emigrado a otro país sin dificultad, pero cada tipo de inmigrante merece respeto por su valor de vivir en un país extranjero.