
Según sus propias palabras, esta es la historia de Jamir Mallory, un estudiante de la Universidad de Ursinus que superó todo tipo de desafíos personales y se benefició del apoyo de otros para seguir una carrera en la educación. Ahora él es el que puede apoyar y ser una influencia positiva en los demás.
NACIDO Y CRIADO EN PHILADELPHIA
“Yo crecí en una comunidad de Filadelfia donde nadie iba a la universidad o hablaba de la universidad. La única manera que conocíamos para salir del barrio eran los deportes, el espectáculo o los métodos ilegales. Crecí rodeado de drogas, armas y crimen. Ese es el único camino que conocí de pequeño. No sabía lo que realmente era la universidad”.

LA VIOLENCIA ARMADA MATÓ A MIS AMIGOS
4 de octubre del 2014
“Perdí mi amigo Kyrell Tyler. Estaba en la escuela cuando me lo descubrí en Instagram. Le dispararon varias veces mientras conducía. La policía nunca supo quien lo hizo. Kyrell era un famoso motociclista en Filadelfia, pero yo lo conocía como mi entrenador de boxeo y baloncesto. Lo primero que hice es llamarlo. No contestó. Después, llame a su madre, que contestó llorando. En ese momento, me di cuenta de que su muerte era verdad. El resto de mi día en la escuela fue una pesadilla. No contestaba cuando me hablaban mis maestros y compañeros. Desde ese día y durante varios meses, me apagué meses”.
13 de diciembre del 2015
“Mi amigo Deshon Glover ha fallecido. Una amiga cercana fue la que me dio la noticia. De repente sentí que la vida se volvía boca abajo. Todas las noches, lloro, y estoy deprimido. Empiezo a usar drogas para ayudarme a soportar el dolor que siento, hasta un punto en el que ya no me reconozco a mí mismo. Deshon y yo crecimos juntos. Éramos hermanos. Yo estaba con éld el día que falleció. Hablamos de la universidad y de como al fin nos iríamos del vecindario. Me fui a casa alrededor de las 8 o 9 de la tarde y él murió una o dos horas más tarde. ¿Qué hubiera pasado si me hubiera quedado con él? Fue una víctima inocente tiroteada en mitad de la calle. Evité pasar con mi coche por esa calle durante mucho tiempo. Al pasar ahora por ella, todavía me dan escalofríos, porque él murió allí.
Al perder a dos amigos cercanos, me di cuenta de que yo podría ser la próxima víctima de esa violencia. Tenía que encontrar otro camino. Así que, me concentré en ir a la universidad”.
EL CAMINO HACIA LA UNIVERSIDAD
“Yo asistí a la escuela Boys’ Latin Charter en Philadelphia. Es un colegio que prepara a sus alumnos para la universidad. Pero mi primer día allí no sabía lo que esa escuela significaría para mi futuro. No fue hasta mi tercer año que la universidad empezó a estar en mi mente. Ese año, empecé a buscar universidades como West Virgina, Arcadia University, Univesity of Miami y otras igual de grandes. En mi ultimo año de colegio, fue cuando conocí a Heidi Bonner. Nuestra relación no fue muy fluida al principio, porque en mi mente ella era una mujer blanca y yo un chico negro. No me sentía cómodo hablando con ella sobre mi vida personal. Pero ella constantemente me empujaba a que hablara. Su consistencia mostró que realmente se preocupaba por mí. Puedo decir que es una de las personas más importantes de mi vida. Ella me guió para ser el joven que soy hoy. Incluso ahora, si necesito algo, ella está ahí por mí.
Meses después, me devolvieron las cartas de admisión. La única escuela en la que no entré fue Lafayette. Esa negativa me desanimó. En mi interior sabía que yo era lo suficientemente bueno como para entrar en esa escuela también. Entonces empecé a centrarme en las dos escuelas que me gustaban: Juniata College y Ursinus College. Juniata me iba a dar muchas becas, nada de préstamos. A pesar de que Juniata era la opción más barata, elegí ir a Ursinus, sin siquiera visitarlo, porque estaba más cerca de casa. La primera vez que la visite fue durante la orientación. Cuando entré en el campus, estaba seguro de que aquella iba a ser mi casa durante los próximos cuatro años».
HACIA LA SIGUIENTE ETAPA
«Graduarme de la escuela secundaria fue un gran momento. Ese logro es algo común en mi familia, pero era especial para mí porque me dirigía al siguiente paso, que era la universidad.
Así comenzó Crigler, que es un programa que prepara a los estudiantes universitarios poco representados en la universidad y que tiene lugar el verano antes de que el alumnado empiece su primer año. Crigler me preparó para las clases universitarias y me presentó a otros estudiantes de minorías. Allí conocí al que sería mi amigo más cercano, Jamie Casseus. Él fue mi mentor durante las tres semanas que duró el programa, e incluso después. Kai Hardy también fue un gran mentor. Ella me presentó a America Reads, que ahora administro. Kai me enseñó a moverme como joven negro en una institución predominantemente blanca. Sin embargo, Crigler no me preparó para la realidad del campus. Más bien me ayudó a tener una mejor visión de la universidad. El programa estaba formado fundamentalmente por estudiantes de minorías, que no es el caso en Ursinus. Fue un choque cultural porque crecí en un barrio predominantemente negro. Recuerdo el primer día de clases y como podía contar el número de estudiantes de minorías con los dedos de una mano. En comparación a mis compañeros de clase, yo me presenté de manera diferente en el campus. Me gusta vestirme cómodamente, mientras que otros estudiantes visten según el código formal-relajado. Me pareció que no encajaba.
Mi primer semestre fue terrible. No iba a clase porque no me sentía cómodo en el aula. Era muy raro ser el único estudiante negro. Perdí 30 clases ese semestre. El profesor incluso me envió un correo electrónico para preguntar por qué no asistía clase. Me invente excusas diciéndole que tenían problemas en mi familia. Terminé el semestre con malas calificaciones.
Después de terminar mi primer semestre, algo en mi mente cambió a mejor. El reverendo Rice fue un gran apoyo en ese cambio. Siempre fue estricto conmigo. Al principio, lo odiaba porque sentía que solo me regañaba. Antes de que terminara el semestre, me invitó a su oficina. Me dijo que había observado mi potencial como estudiante. Añadió que veía grandeza en mí, pero que era yo el que tenía que creerlo. Lloré al escuchar sus palabras y le dije que no me sentía cómodo en esa escuela. Me preguntó si pagaba la matrícula. Le contesté que sí. Luego dijo que era el dueño de mis estudios, tanto como cualquier estudiante. Si pagaba por asistir a la universidad, entonces este era mi campus, no importa la cantidad que pagara. Reflexioné sobre sus palabras y estaba listo para asumir el próximo semestre.
Durante las vacaciones de invierno, el coste de la matrícula subió. Le mande un texto al reverendo Rice sobre mi situación financiera. Leyó el mensaje y no me respondió. Tiré el teléfono y dije ‘que lo jodan’, no voy a ir a la escuela. Alrededor de enero, el día antes de que comenzaran las clases, el reverendo Rice me llamó y me preguntó si todavía tenía que pagar mi matrícula. Le respondí que sí. Me dijo que me tenía en mente a pesar de no contestar mi mensaje. Me dijo que me llamaría en una hora y me llamo 3 horas después. Lo primero que dijo fue te veré mañana. Respondí confundido. Luego repitió que me vería en el campus al día siguiente. Revisé el saldo de mi cuenta y estaba a cero. Intenté llamarlo tres veces para darle las gracias, pero estoy bastante seguro de que estaba ignorando mis llamadas. Lo vi al día siguiente y me dijo tienes mi apoyo.

En marzo se cayó por las escaleras de Bomberger y tuvo que quedarse en reposo. Llegó abril y yo estaba planeando visitarlo un lunes. Surgió algo y decidí verlo al día siguiente. El martes, recibimos el correo electrónico del presidente de nuestra escuela diciendo que el reverendo Rice había fallecido. Me reí porque pensé que no, que eso no era verdad. Tan pronto como salí del edificio, todo empezó a moverse a cámara lenta. Los estudiantes a mi alrededor miraban su teléfono. Miré de nuevo el correo electrónico y me empecé a preguntar si de verdad había ocurrido. Todos mis amigos se me acercaron, llorando, diciendo oh Dios mío, oh Dios mío. El reverendo Rice acababa de morir. No lo acepté. La escuela organizó un evento conmemorativo en Bomberger y allí pude ver a todos esos estudiantes negros llorando. Fue entonces cuando supe que era verdad. Me arrepentí de no haberlo visitado. Desde entonces, aprendí a hacer todo en el momento. Nunca más voy esperar. Nunca sabes lo que va a pasar, porque el día de mañana es incierto. Desde ese día, mis ambiciones crecieron.
MI ULTIMO AÑO
Recuerdo haber entrado en la escuela de posgrado en febrero. Ese fue mi momento más orgulloso en Ursinus. Entré en la oficina de Intuición para inclusión y equidad y todos los estudiantes allí aplaudieron. Todos me felicitaron porque iba a entrar en la escuela de posgrado. Casi lloro. Fue un momento surrealista. Otro momento que me conmovió fue cuando Melissa, una amiga, estaba dispuesta a no ir a su clase. Cuando me vio, a pesar de que era una broma, dijo, ¿saben qué? Jamir no entró en la escuela de posgrado para que no baya a la clase. Y Fue a su clase. Eso me hizo darme cuenta de que mi logro no era sólo para mí, era para todos. Sentí que mi logro podía ser una inspiración para los demás.
El resto de mi último año se suponía que sería el mejor semestre. Durante las vacaciones de primavera, recibí un correo electrónico que decía que las clases habían sido pospuestas y que se reanudarían en dos semanas. Esa no me molesto. Más tarde esa misma semana, recibí un correo electrónico que decía que comenzaríamos la escuela online. Lo abrí y cuando lo leí, el mundo se vino abajo. Lloré en el auto. Me iba a tocar pasar mi último año haciendo clases online y no podría tener la ceremonia de graduación. Quería disfrutar de mis últimas semanas con todos. Ni siquiera pude despedirme de nadie. Quién sabe cuándo volveré a ver a mis amigos ya que cada uno va a tomar ahora su propio camino en la vida.
No tuve la oportunidad de graduarme, ni de poder cruzar el escenario y oír que llamaran mi nombre. Hubiera sido el primero de mi familia en graduarse en la universidad. Ese había sido mi sueño durante los últimos cinco años. Al quitarme eso, es como si me hubieran arrancado todo dentro de mí. La escuela está tratando de hacer una graduación virtual, pero no tengo ningún sentimiento hacia ella. Mis amigos y familiares estaban entusiasmados con mi graduación y seguían pidiéndome la cita. Caminar a través de ese escenario era algo que haría representando a mi familia, a mi futura familia, a los que no pudieron graduarse, y a los que no asistieron a la universidad. A pesar de que todavía voy a obtener mi diploma, solo me importa la ceremonia».
LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL
«La cancelación de la graduación me desanimó durante casi un mes. Al mismo tiempo hacía mis clases a distancia, me llamó la escuela de posgrado. Voy a asistir a Westchester para graduarme en políticas educativas superiores y en asuntos estudiantiles. También recibí una llamada de ellos sobre un puesto de asistente de posgrado en su centro Dowy Multicultural, que es una oficina multicultural. Me pagan para ir a la escuela. Tengo un pie en Ursinus y un pie en Westchester. Así que estoy listo para tener los dos pies en mi próximo capítulo. Asistí a una Conferencia de Hermanos de Excelencia en Westchester a través de Patrick Robinson. Puedo decir que la conferencia realmente cambió mi mentalidad sobre el liderazgo cuando tenía tantos puestos de liderazgo que no sabía cómo dirigir. La conferencia estaba dirigida a jóvenes de minorías y tocó temas tan importantes como la masculinidad tóxica, la libertad financiera y cómo desarrollar la autoestima. Voy a pasar de ser el estudiante que escucha sentado, a ser el orador del evento. Es una locura cómo cambia la vida. A pesar de que el coronavirus arruinó mi graduación, mi graduación de posgrado va a ser aún más significativa».
Jamir Mallory nació en el oeste de Filadelfia y esa es la razón de que haya seguido una carrera en educación. Durante su período en Ursinus College ocupo muchos puestos de liderazgo en American Reads y en Crigler head RA. Se graduó de Ursinus College con una especialización en Sociología. Ahora va a asistir a la Universidad de West Chester para realizar estudios de posgrado, estudiando políticas de educación superior y asuntos estudiantiles. Al mismo tiempo trabajará para el Centro Multicultural Dowy. Está entusiasmado de comenzar su nueva trayectoria como mentor de estudiantes de minorías que asisten a esa escuela, incluyendo organizar la Conferencia de Hermanos de Excelencia en la que una vez tomó parte como estudiante. Tiene muchos más planes para ser un apoyo fiable para estudiantes con potencial que necesitan empuje.
Jamir atribuye su éxito a los mentores que vieron su potencial. A pesar de ser un líder tranquilo, puede sorprender a cualquiera por sus poderosas acciones. Sabe que estaba destinado a guiar a otros estudiantes de minorías a alcanzar la excelencia. Una persona de voluntad fuerte, lo suficientemente apasionada como para orientar la ambición de otra personas por buenos caminos. Sabe a dónde puede llevarlo su confianza y comparte sus logros para que otros los sigan.
El COVID-19 fue sólo otro obstáculo en su vida que superó. En sus dificultades, trae orgullo a su comunidad rompiendo el ciclo y los estereotipos como un joven hombre negro.
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