Detrás de la cámara

Hace dos años, tuve una clase que cambiaría mi relación con el concepto de fotografía y de mí mismo.

Solo sé que me interesaba la fotografía. Me gustó la primera clase con mi profesora; la segunda era un semestre para realizar un proyecto libre. Tenía muchas ideas extravagantes, pero con mis pocas herramientas, sabía que necesitaba simplificar mis ideas.

Un día, la profesora nos mostró su estudio y vi un libro de ella. Las fotos eran de mujeres en un estilo “sexy”, en sus ropa interior. Pensé: “sé que tengo amigas bonitas y es probable que yo pueda hacerlo”.

Mi primer fotoshoot no fue lo que yo había pensado que sería. Las fotos resultaron bien tecnicamente, pero, lo más importante de lo que no me di cuenta había sido interactuar. Cara a cara.

Miré atrás y pensé, ¿cómo puedo fallar en un detalle tan importante? Aunque sé que es muy fácil fallar en el panorama general.

Con más tiempo y práctica, mis fotos se fueron haciendo mejores y llegó el momento de mostrar nuestros proyectos al público. Durante la semana final, trabajé muchísimo editando, eligiendo las imágenes finales, cuando durante una clase, mi profesora me dijo que quería hablar conmigo.

Sentí un poco ansiedad cuando oí estas palabras: “¿podemos hablar?”, aunque no podía pensar en nada malo que quizás hubiera hecho…

La profesora me dijo que no podía decírmelo enfrente de la clase, pero pensé solo hay 3 estudiantes.

–Hiciste un buen trabajo en tu proyecto, Leo.

–Gracias.

Pero por qué me dijo eso, y, lo que era todavía más importante, ¿por qué ahora?

–¿Te diste cuenta de que no hay chicos en sus fotos?

–Sí, lo intenté, pero no saqué buenas fotos de ellos.

–Vale… ¿recuerdas cuando me dijiste que cambiaría tu nombre a ‘Leo’ y empezaste a usar pronombres masculinos?

–Sí, por supuesto.

–Y todas tus fotos tienen una expresión de feminidad.

–¿A qué se refiere?

–Todas las fotos tienen este elemento, y algo muy importante ha sucedido…

De repente, me di cuenta … había perdido el panorama general. La persona que no había interactuado… era yo. Detrás de la cámara, vi las mujeres y toda la feminidad que yo no tenía a través de las fotos, explorando mi identidad y mi relación con la feminidad.

Y todo me golpeó de una vez… la verdad se hizo tan clara que brotaron lagrimas en mis ojos. Había pasado todo el tiempo detrás la cámara, enfocando mujeres y su feminidad, sin darme cuenta de que eso era todo lo que no era yo. Y fue como un saludo a mi vida que antes había estado llena de mentiras. Estaba listo para dejar todo lo que no fuera la verdad y convertirme en el hombre que siempre había sido.