
PROYECTO DEL CURSO ‘MIGRATIONS IN TODAY’S GLOBALISED WORLD’
Mi familia tiene una historia larga y memorable. El lado paterno de mi familia viene de Italia. El viaje desde Italia a la isla de Ellis, en Nueva York, fue difícil no sólo físicamente, sino también mentalmente. Viajar no sólo a una nueva ciudad sino a un nuevo país te hace cambiar todo lo que sabes de ti mismo. Es un gran hito en la vida, y algo que te hace madurar muy rápidamente. Esta es la historia de los viajes de mis bisabuelos desde Italia a los Estados Unidos, y los obstáculos que tuvieron que superar en el proceso.
El año es 1908. El país es Italia. La región es Sicilia; la ciudad, Messina. Un terremoto mató a más de 100.000 personas y destruyó varias ciudades el 28 de diciembre. Sicilia se sitúa cerca del lugar donde chocan las placas continentales europeas y africanas. A las 5:21 de la mañana, un gran temblor sacudió repentinamente la ciudad durante 35 larguísimos segundos. Un tsunami de más de dos metros y medio metros de altura se estrelló en la costa metiéndose más de 90 metros tierra adentro, pero la mayoría de las muertes en Messina fueron el resultado de los puentes que colapsaron.
Un cuartel militar cedió, matando a todos en el interior; en total, aproximadamente uno de cada tres residentes murió. Todas las líneas de electricidad, gas, agua y alcantarillado quedaron destruidas. 87 de las 91 iglesias en Messina fueron demolidas. Los últimos supervivientes fueron sacados 18 días después del terremoto.
Aunque hubo muerte y destrucción en otras partes de la isla, Messina sufrió el peor golpe. La mayoría de sus edificios no estaban bien construidos, pues utilizaban piedras redondeadas, mortero débil y vigas transversales no soportadas. Para empeorar las cosas, el gobierno italiano tardó una semana en responder y hasta el 9 de enero no se estableció la ley marcial y algún sentido de seguridad. Naves militares extranjeras transportaron a los heridos a hospitales en Nápoles y Roma. 43 gobiernos terminaron proporcionando socorro y la Cruz Roja aportó un millón de dólares de ayuda. Un código de construcción mucho más riguroso se estableció en Sicilia después del terremoto, pero tomó un tiempo muy largo para que la isla resurgiera de su ruina.

Este es el acontecimiento que mi bisabuelo tuvo que soportar antes de que su familia decidiera mudarse a los Estados Unidos. Mi bisabuelo, Joseph Minniti, y sus padres fueron refugiados después del terremoto. Su casa había quedado destruida y su pueblo estaba en ruinas. Joseph tenía doce años de edad en el momento del terremoto y era el único hijo superviviente de la familia. Otros habían muerto antes por enfermedades infantiles o eran mortinatos. A Joseph y su familia se les dio la opción de trasladarse a otra zona de Italia, o de venir a los Estados Unidos. Tenían parientes y amigos en Brooklyn, Nueva York, así que decidieron venir a América. Tomaron un barco en Nápoles y llegaron a la isla de Ellis.
Después de que Joseph y su familia llegaran a Brooklyn, acabaron instalándose en Bridgeport, Connecticut, ya que había muchos puestos de trabajo disponibles en las numerosas fábricas de la zona. Joseph comenzó a trabajar en una barbería, sin embargo, conoció a un hombre que era fontanero. Finalmente comenzó a trabajar para él y aprendió el oficio, convirtiéndose en un exitoso plomero.

Mi bisabuela, Beatrice Bernardi Minniti, también viajó de Italia a los Estados Unidos, pero por razones completamente diferentes. Nació en 1901 y llegó a los Estados Unidos en 1908 o 1909 cuando tenía siete u ocho años de edad. Mi bisabuela nació en San Genesio, que es una comuna en la provincia de Tirol del Sur, en el norte de Italia. Mi bisabuela se crió en un estilo de vida confortable, en una casa grande y con dos padres simpáticos. Beatrice tenía unas cuantas tías y tíos que habían llegado a América de antemano, y alentaron a sus padres y abuelos a venir a los Estados Unidos también. La hermana de su madre trabajaba en una fábrica en Bridgeport, Connecticut, haciendo corsés y fajas. El hermano de la madre de Beatrice animó a toda la familia a mudarse a los Estados Unidos debido a la cantidad abundante de empleos que había allí. Así que su familia y sus abuelos hicieron las maletas y decidieron irse en barco a la isla de Ellis.
Para encontrar el barco, tuvieron que viajar al puerto italiano de Génova y soportar múltiples exámenes médicos, en los que se centraban específicamente en los ojos. Su familia estuvo en el barco algo menos de treinta días. Al llegar a Nueva York, tomaron un tren en la estación de Grand Central y llegaron a Bridgeport para reunirse con el resto de su familia. Beatrice trabajó en una gran fábrica de máquinas de coser en Bridgeport. Sus abuelos nunca aprendieron inglés, pero ella lo aprendió mientras estaba en la escuela y enseñó inglés a sus padres. Su familia mantuvo sus raíces italianas viviendo en un barrio italiano en Bridgeport, y asistiendo a una iglesia donde un sacerdote italiano daba la misa en italiano. Su familia estaba muy contenta de estar en los Estados Unidos, porque podían ganar dinero y vivir en una ciudad mientras mantenían su propia cultura.
Mi bisabuela conoció a mi bisabuelo en Bridgeport y se casaron en 1921. Tuvieron dos hijos, llamados Charlotte y Peter. Peter es el padre de mi padre. Mi abuelo.
La historia de mi familia es interesante porque ocurrieron muchas coincidencias. Mis dos bisabuelos eran de Italia, ella del norte y él del sur. A través de la isla de Ellis, ambos terminaron en el mismo lugar. La conexión de mis bisabuelos y la creación de mi familia es un resultado de la inmigración a los Estados Unidos.