
(PROYECTO DEL CURSO ‘MIGRATIONS IN TODAY’S GLOBALISED WORLD’)
Ryohei Iwamoto nació el 10 de enero de 1901 en la prefectura de Shizuoka, cerca del monte Fuji. Creció en una granja de té y mikan, las naranjas japonesas, y se graduó en la escuela secundaria aunque nunca asistió al colegio. Como el hijo menor en su familia, no tenía perspectivas para la herencia y por eso decidió emigrar. Viajó de polizón en el carguero de bananas Kayo Maru con rumbo a California. La familia Iwamoto dice que él no comía bananas jamás en los Estados Unidos porque las olió por semanas en la bodega del barco.
Llegó a San Francisco el 1 de abril de 1920 mientras que el Acuerdo de Caballeros de 1907 estaba en vigor. Este compromiso entre los gobiernos de Japón y los Estados Unidos restringía la emigración de los japoneses a cambio de la desegregación de las escuelas para los inmigrantes japoneses que ya vivían en los Estados Unidos. Sin embargo, 124.000 japoneses entraron después de la implementación de esta ley hasta su fin en 1924. Es probable que Ryohei Iwamoto no fue contado en las estadísticas por la irregularidad de su entrada.
Cuando alcanzó la orilla, empezó a trabajar como jornalero y obrero en la costa oeste. Él mantenía un diario de su experiencia como trabajador del campo para granjeros japoneses-americanos por muchos años, pero hoy en día está perdido. Todos sus hijos cuentan la historia de su tiempo en Alaska, donde pescó un enorme pescado, un fletán o halibut de 45 kilos, y lo cargó en su espalda por la calle orgullosamente. Además, trabajó en la minería en Utah, un puesto difícil para todos, pero aún más para los japoneses recién llegados que experimentaban mucho racismo. En la década de 1920 en particular, la comunidad trabajadora japonesa se unió para luchar contra su exclusión, creando asociaciones que proporcionaban servicios sociales, como educación tras la segregación de las escuelas y pensiones en el caso de discapacidad por accidente minero. Ryohei mostró el lugar a sus hijos durante un viaje muchos años después. Su segunda hija, Midori, recordó que usaban pañuelos mojados en las ventanas del coche para crear algo parecido al aire acondicionado, porque hacía mucho calor en esa parte del oeste.
Jardinero de estrellas de Hollywood
Se instaló en Los Ángeles, California, y comenzó a cuidar jardines de las celebridades de Hollywood, posiblemente porque tenía experiencia en el cultivo de plantas por su crianza rural. Midori relató que Dick Powell y June Allyson, dos actores populares, llamaban a su padre “George” porque no podían pronunciar su nombre japonés. Finalmente, entró en el sector de restaurantes y alojamientos, que le resultaba apasionante a un joven extrovertido y energético como él. Hay una foto de él enfrente de un mostrador vestido con su uniforme de chef, pero no se sabe si estaba en el restaurante del cual era dueño o simplemente en uno de sus puestos como empleado. Durante aquella época, los hombres japoneses creaban una vida bastante estable antes de empezar una familia y Ryohei siguió el patrón, más o menos. Fue trabajando en Los Ángeles donde encontró a su esposa, Mitsuye.
La historia de Mitsuye Shirakawa tiene aún más lagunas y complicaciones. Su padre, Choichiro Shirakawa, era «un pez gordo» en el condado de Carbon, en Montana (Estados Unidos), y un inmigrante de la generación previa. Nacido en Holi-Gun, en la prefectura de Aichi, el 1 de octubre de 1879, él llegó a Seattle, estado de Washington, en el Príncipe Jorge el 21 de septiembre del 1907. Durante la Primera Guerra Mundial, fue reclutado el 12 de septiembre de 1918 cuando la edad obligatoria del servicio militar se extendió desde 18 a 45 años. Choichiro pertenecía a uno de los grupos más desfavorecidos en la selección debido a su estatus de extranjero, pero no queda constancia de si él sirvió en la guerra o no.
En 1920, se casó con Saku Saikawa, una mujer japonesa de Kishimi-Gun, en la prefectura de Saga, a la que conocía sólo por una fotografía, una práctica común en esa época; entre 1908 y 1924 hubo aproximadamente 30.000 «novias de foto» permitidas por el Acuerdo de Caballeros. La trajo a los Estados Unidos y con ella tuvo dos hijos, Kauru, nacido, el 12 de mayo de 1922, e Hiroshi, el 23 de agosto de 1923. Era dueño de varias propiedades en Los Ángeles, incluso en las calles 14 y Main que heredó su primera hija, y aún hay una leyenda familiar que afirma que poseía un rancho de mil acres (cuatro kilómetros cuadrados) en México.
La chica que suplantó a su hermana
Hay dos historias sobre el origen de su primera hija, Mitsuye, y es difícil saber dónde se encuentran en la cronología. Su certificado de nacimiento decía que Mitsuye nació en el condado de Carbon, Montana, el 26 de abril de 1912. Supuestamente, alguien la trajo a Japón y su abuela la criaba porque su madre, Ume Maki, murió y su padre estaba enfermo. En este relato, ella regresó a los Estados Unidos en agosto de 1930 en el barco SS Taiyo. No es verdad, según su nieto, Kurt Kaya, a quien Mitsuye contó su historia. La otra versión es que ella nació en Japón, en Gamagōri, en la prefectura de Aichi, y que, usando el certificado de su hermana, la Mitsuye real, que murió durante su infancia, entró en los Estados Unidos en la década de 1930. En cualquier caso, asistió el Colegio Politécnico de Lafayette en Los Ángeles —el mismo en el que sus hijas se graduaron después con las mejores calificaciones— y luego a la Escuela Taller de Frank Wiggins para aprender costura.

El matrimonio concertado de Ryohei Iwamoto y Mitsuye Shirakawa se celebró el 8 de septiembre del 1935 y pasaron la luna de miel en el Parque Nacional de Yosemite. Casi inmediatamente, la pareja compró los apartamentos del número 1017 de la avenida Towne en Los Ángeles, los únicos en los que eran copropietarios. Parece que las otras propiedades de las que eran dueños —la de la calle 14 esquina con Main, sobre un campo petrolífero; la de la calle Crocker cerca de Skid Row y la de la esquina de la calle 4 y Central que los hijos vendieron hace tres años— se separaron porque Mitsuye no podía confiarle las finanzas a Ryohei. Yuji, su hijo menor, relató: «Mi padre era un visionario. Mi madre siempre era más conservadora fiscalmente. Ella nunca hizo ningún trato con él [aparte de la avenida Towne, 1017]». No se sabe, pero es posible que el dinero de Mitsuye viniera de su padre.
A pesar de los conflictos sobre las finanzas familiares, o quizás sólo por las normas de la época, ellos fundaron una familia. Su primera hija, Mariko, nació el 5 de septiembre de 1935, seguida por May Midori, quien nació el 30 de abril de 1938, y justo después, Tomio, el 16 de septiembre de 1939.
Deportados a un campo de internamiento en su país de acogida
Antes de que se completara la familia Iwamoto, ocurrió un giro del destino. Tras el bombardeo japonés de la base naval estadounidense en Pearl Harbor (Hawai), el presidente Roosevelt emitió la orden ejecutiva 9066, que impulsó el traslado forzoso de todos los residentes de la costa oeste de origen japonés a campamentos de internamiento. En total, 120.000 personas fueron encarceladas, de las que dos tercios eran ciudadanos estadounidenses por nacimiento. El otro tercio había vivido en los Estados Unidos durante décadas y se consideraban fieles a su nueva patria.
El gobierno federal congeló todas las cuentas bancarias y por eso nadie podía pagar su hipoteca. Afortunadamente, los Iwamoto tuvieron la oportunidad de entregar su casa y sus activos a unos amigos para que los guardaran. En el 25 de agosto de 1942, la familia fue trasladada a Heart Mountain, Wyoming, con sólo unas maletas.
En el campamento, la vida era dura. Vivían en barracones que fueron construidos apresuradamente y por eso tenían espacios entre las tablas por los que se colaba el viento durante el helado invierno. Las familias enteras vivían en un cuarto o dos, cada uno contenía sólo una estufa de leña para calentarlo. Siendo un líder cívico en Los Ángeles, Choichiro fue encarcelado brevemente en el cercano campo de San Pedro antes de que lo enviaran también a Heart Mountain con el resto de su familia. “El gobierno internó a los líderes comunitarios, que fueron considerados una amenaza al esfuerzo de guerra”, dijo Yuji. Los presos más problemáticos —normalmente los que habían protestado denunciando que su desposeimiento era ilegal— fueron trasladados al lago Tule, en el norte de California, donde encontraron condiciones aún peores bajo vigilancia constante.
A pesar del aspecto estéril de la tierra, el campamento en Heart Mountain tuvo mucho éxito en la agricultura y la ganadería. Como muchos de los internados habían sido granjeros antes de la guerra, tenían las habilidades y el conocimiento para cultivar casi todos los productos agrícolas suficientes para alimentar al campamento entero.
Por fin, el presidente Roosevelt suspendió la orden ejecutiva 9066 en diciembre del 1944 y parece que los Iwamoto regresaron a su casa en Los Ángeles el 4 de junio de 1945. Otras familias se quedaron con ellos porque había escasez de viviendas y pocos tenían recursos básicos: recibieron un estipendio de 25 dólares y un billete de tren para empezar a reconstruir sus vidas.
El resurgir tras la Segunda Guerra Mundial
Después de la guerra, todos sus hijos fueron criados en una casa al lado de los primeros apartamentos de la avenida Towne, 1017. Según Yuji, era un barrio bueno con una población mayormente japonesa, pero con una mezcla de inmigrantes. Había una escuela local en la calle Primera y muchos tenderos japoneses, y formaban parte de una comunidad fuerte. Aunque la hermana mayor de Mitsuye vivía cerca de la familia en Los Ángeles y los niños andaban por su casa cada sábado, no la veían. En contraste, Midori recordó muy bien las visitas a la tía Kauru, quien vivía en la planta de arriba de la abuela Saku, en una casa buena. A Midori y sus hermanos les encantaba sobre todo quitarse sus zapatos, siguiendo la costumbre japonesa, y pisar descalzos la alfombra lujosa.
Ryohei era muy activo socialmente, involucrándose en varias organizaciones y clubes, pero tenía demasiada energía para una vida sedentaria. Manifestó su espíritu viajero en las famosas vacaciones familiares de los Iwamoto, como las que pasaron en el Parque Nacional de Yellowstone y en el Gran Cañón. Midori describió que Ryohei viajaba en un estilo particular: cargaba el coche con provisiones y sus niños y conducía directo al punto de interés, donde paraba por una hora para ver las vistas antes de que empezara a conducir al siguiente sitio.
Durante los fines de semana, la familia iba a la playa, parando en una zona de bambú para recolectar unas cañas para pescar. En aquellos tiempos no había casas en la playa y por eso podían deslizarse por las dunas y cazar pulpos y caracoles en las pozas de la marea baja para hacerlos a la plancha y comérselos. También, disfrutaba de la pesca en Long Beach, donde abundaban los fletanes, y buscaba almejas en Newport. A veces, acampaba en las colinas de San Bernandino. Según Midori, “era una vida buena, de veras. No había tanta gente”.
Para los hermanos, era una juventud de la quintaesencia americana. Lo único que no encajaba con esa imagen era el estatus legal de Ryohei. Como extranjero de origen japonés, no pudo nacionalizarse hasta la adopción del Decreto de Walter-McCarran en 1952. El 11 de noviembre de 1954, Ryohei llegó a casa y anunció que había conseguido la ciudadanía estadounidense. Sus hijos no sabían cuánto significaba para él.

La pareja se inscribió para votar en 1958 como republicanos, posiblemente recordando al presidente Roosevelt, quien encarceló a su familia y su comunidad siendo demócrata.
El hotel Dunbar
La vida diaria siguió y Ryohei continuó con sus negocios. Él abandonó el sector inmobiliario tras la guerra y en 1962 compró su hotel soñado, el Rey, en el barrio de Watts, al que devolvió su antiguo nombre, Dunbar. Era muy famoso porque era el hotel más lujoso en un barrio con una población 90% negra. Todos los artistas, incluso Ike y Tina Turner, las bandas de góspel e incluso unos fundadores de la división de Los Ángeles de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color se alojaban allí porque a los negros les prohibían hospedarse en los hoteles para blancos. Bing Crosby pasó ratos en el hotel para visitar a sus amigos negros. También, los porteadores ferroviarios de Pullman se quedaban en el hotel por un contrato con la compañía. Tomio y Yuji trabajaban en el turno de noche por un dólar la hora y se quejaban porque ese turno incluía la limpieza, pero les gustaba el televisor en color en el vestíbulo: pagaban 25 céntimos por 15 minutos de programación.
Por desgracia para Ryohei, los disturbios de la calle Watts en 1965 tuvieron consecuencias personales. El hotel fue dañado y él perdió mucho dinero por las reparaciones y por la falta de clientes debido al éxodo de gente del barrio; por eso, decidió venderlo. Varios años después de la venta, en 1974 se cerró, antes de que se designara como un sitio histórico y se revitalizara, reabriendo el edificio como centro cultural y museo en la parte baja, y viviendas sociales en las plantas superiores.
Durante los años en que Ryohei estaba gestionando el Hotel Dunbar, su hija Midori se casó con Larry Brown y tuvo a su primera hija, Susan Kay Mitsuye Brown, el 11 de octubre de 1962 en Honolulu, Hawai. Justo después, cuando ella estaba embarazada de su segunda hija, Larry se fue a Vietnam. Por eso, ella regresó a Los Ángeles con su hija para vivir con su familia y reanudar sus estudios de posgrado. Lori Tomiko Brown nació el 29 de junio de 1964. Mientras que estaba en la Universidad de Los Ángeles, Midori conoció a Oscar Marcus Buchanan, su profesor de zoología, y se casaron. Con él tuvo un hijo, John Marcus Buchanan, el 18 de mayo de 1968, y las dos hermanas cambiaron sus apellidos a Buchanan.
En junio de 1975, Mitsuye y Ryohei se divorciaron, probablemente por la infidelidad de él. Según sus niños, tuvo varias novias a lo largo de los años, pero no es seguro que ellos se separaran por este punto en particular. Ryohei murió el 18 de diciembre de 1980. Susan Buchanan y Karl Michael Owen se casaron el 2 de enero de 1996. Tuvieron a su hija, Jordan Buchanan Owen, el 22 de octubre de 1997. Mitsuye vivió hasta el 1 de noviembre de 2003, después de conocer a su primera bisnieta.