La noticia

Durante nuestros primeros años, mi hermanita y yo compartíamos un cuarto. Era difícil, porque Emma, que es la protagonista de esta historia, todavía era una chiquilla cuando éramos pequeñas. Muchos años después, durante una tarde cualquiera, yo iba a compartir algo más importante que un cuarto con ella. Yo quería decirle algo que todavía no había compartido con casi nadie.

Era mi último año de la escuela secundaria, cerca del final del año escolar. Había decidido que aquel sería el día. Mientras caminábamos hacia nuestro coche, yo iba pensando en cómo se lo iba a decir. Conducíamos por el centro de Portland, con ella sentada en el asiento del pasajero y yo conduciendo y, probablemente, sudando. La bailarina de hula hawaiana que yo llevaba en el coche nos miraba desde su lugar en el tablero de manos. Después de un rato de silencio, le dije que quería hablar con ella sobre algo. Emma me miró con su cara calmada y abierta, llena de pecas como estrellas.

“Estoy saliendo con una chica”.

Lo triste es que ahora, al decir esto, no me pasa nada, pero en ese momento, yo estaba temblando.

Su respuesta me sorprendió mucho. Ella me dijo que había estado pensando en su propia sexualidad desde hacía mucho tiempo y que ella, también, era gay.

De repente, la tercera persona en aquella situación, la bailarina hula, decidió expresar sus sentimientos sobre lo que estaba ocurriendo ante ella. Justo en el momento en el que estábamos compartiendo estas revelaciones, su falda voló desde su cuerpo hasta mi cara.

En esta situación, ¿qué se puede hacer sino gritar?

Después de que nos calmamos, yo sentí una felicidad y un alivio como nunca había experimentado.

Entonces, yo no lo sabía, pero no tendría muchas más oportunidades como esa.

Desde ese día, continuamos apoyándonos la una a la otra para poder entendernos mejor a nosotras mismos. Ella llegó a ser una de las personas más importantes en mi vida. Por eso, perderla este año me ha hecho creer que iba a morir de dolor. Sin embargo, aunque ella ya no está, puedo sentir su esperanza. Lo recuerdo todo: lo que ella me ha enseñado, y todas las cosas que hemos compartido.