Lo que compras puede cambiar el futuro

Desde su tienda de artículos de segunda mano para niños, situada en pleno centro de Sevilla, Lola Jiménez Calderón es una profesional comprometida con la mejora de las condiciones de vida de los niños y niñas de su ciudad, juguete a juguete.

Lola es alta, ha cumplido 55 años y tiene un tono de voz ligeramente áspero con el que está siempre dispuesta a agregar su opinión a las conversaciones. Sonríe mucho y permanece alerta ante cualquier pregunta. Siempre tiene una respuesta inmediata. Su pelo fuerte, de color caramelo, está cortado justo sobre los hombros. Una flor roja y azul de fieltro, hecha a mano, cuelga de la solapa de su chaqueta de punto color violeta. Lola saluda a sus compañeros voluntarios con una gran sonrisa y besos en ambas mejillas. Con ella en la tienda, las bromas están constantemente en el aire. El ambiente de trabajo en Ecopeque, tienda especializada en ropa, accesorios, juguetes y libros de segunda mano para niños, es intenso.

“Trabajamos basándonos en tres pilares: solidario, ecológico y económico”, dice Lola, para quien la solidaridad en la comunidad, especialmente cuando existen personas que pueden donar y ayudar a los niños y niñas de las familias desfavorecidas, es fundamental. “La gente cada vez es más consciente de que hay una necesidad de cambiar con respecto al consumo”. En los últimos años, la pobreza infantil en Andalucía ha aumentado a mayor ritmo que en otras zonas de España. El porcentaje de población menor de 18 años que en 2016 se encontraba en situación de pobreza relativa (cuando se dispone de una renta igual o menor al 60% de la renta media estatal) era del 44,6%, mientras que la media en España era de 29,6%, según un informe de Save the Children. Un total de 726.059 niños y niñas viviendo en pobreza sitúan a Andalucía como la segunda comunidad autónoma con mayor porcentaje de población infantil en pobreza relativa.

En ese preocupante contexto, Lola y su tienda tienen una misión que cumplir. El 100% de los fondos recaudados en Ecopeque se destinan a los proyectos de la ONG Crecer con Futuro. “La organización, que originalmente comenzó en Paraguay, ayudando a los niños que vivían dentro del vertedero de basura de la ciudad de Encarnación, ha estado trabajando durante los últimos 14 años apoyando y ayudando a los niños más desfavorecidos”, explica Lola. Hoy día, Crecer con Futuro mantiene una organización independiente en Paraguay, que sigue gestionando la ayuda a los niños y niñas de Encarnación, mientras que en Andalucía concentran su energía en apoyar a los que no tienen un hogar estable.

Lola espera que el volumen de negocio de Ecopeque aumente. “Actualmente, el único problema es que deben conocernos más y que necesitamos una inyección de productos que satisfaga nuestra demanda”, explica la gerente de la tienda. Ecopeque comenzó hace cuatro años con otras dos socias, Isabel y Rocío, y no ha ralentizado su ritmo de ventas debido a la crisis económica. Entre los años 2008 y 2013, España sufrió la quiebra de muchas empresas, con el resultado de que a finales de 2012 había 5,6 millones de desempleados, un 26% de la población activa.

Después de desayunar en casa, Lola pasa la mañana haciendo sus recados, almuerza con su familia y, a primera hora de la tarde, se dirige a Ecopeque. Nunca le falta energía, “no necesito café para continuar durante todo el día. Tal vez uno por la mañana, eso es todo”. Lola está casada y tiene dos hijos, Yolanda, que tiene 23 años, es nutricionista y vive con sus padres, y Alfonso, que tiene 26 y trabaja en un hotel de Manchester. “He trabajado en una joyería y en un negocio de ropa y calzado para niños. Ahora estoy en una marca de vinos, que combino con Ecopeque”, explica Lola, a la que le gusta mucho su trabajo, “además de pasar un buen rato, conozco a gente muy pintoresca y siempre me río con los niños”. Caminando por la calle Regina, una de las más de moda en la ciudad, entre restaurantes, cafés, tiendas de moda y de alimentación especializadas, es difícil pasar por alto el frontal verde brillante de Ecopeque. “Sólo hemos estado aquí alrededor de un año, así que todavía nos estamos adaptando y esperando que, en el futuro, haya una inyección para la ONG”. Desde que entras por la puerta, no habrá color que no veas, empezando por los de un árbol con círculos de diferentes tamaños, llenos de intrincados diseños que rodean las ramas y el tronco. En el interior, encontrarás desde una cuna, hasta un chupe, pasando por un peluche de Bob Esponja. Ecopeque lo tiene todo, estantes llenos de peluches, libros y juegos de mesa, percheros con ropa para todas las estaciones. Lola y los voluntarios, que realizan turnos que varían entre aproximadamente una y cinco horas, etiquetan cada objeto, asegurándose de que el precio sea siempre justo. Manuela, que tiene 58 años y vive en Sevilla, comenta: “Me he ofrecido como voluntaria por un año y me da mucha alegría. ¡Es un ambiente divertido y puedo hacer que los niños sonrían!”

“Hola, ¿puedo ayudarla?”, pregunta Lola a una madre que acaba de entrar con su hijo de un año. Lola es la primera en saltar para ofrecerle ayuda a cualquier cliente que necesite un artículo en particular. “Todos los niños deben tener los artículos esenciales. Nuestra tienda ayuda a los padres a que puedan proporcionárselos”, explica Lola, que muestra una sonrisa contenida cuando ve niños. “A niños como éste que acaba de entrar se les pone una sonrisa enorme en la cara cuando ven todos los juguetes”. A los pequeños les está permitido jugar en la tienda mientras la visitan sus padres. Hay juegos de mesa que enseñan inglés y español, libros infantiles para todas las edades, ropa y accesorios infantiles, nuevos y usados, de todo tipo, desde cochecitos de bebé hasta manuales educativos. Como gerente de la tienda, Lola es admirada por sus compañeros de trabajo. Si alguna de las voluntarias, como Manuela o Carmen, no conocen la respuesta a algo, siempre dirán: “Vamos a preguntarle a Lola”.

“Trabajo medio día, seis días a la semana. Mi fuerza impulsora no es ni más ni menos que una causa maravillosa. Vale la pena ayudar a los niños a encontrar una familia; es una estrella que brilla dentro de mí”, explica Lola sobre su apoyo a Crecer con Futuro, cuya misión es contribuir a minimizar el riesgo de exclusión de los menores que viven en centros de acogida en Andalucía. Se trata de niños, niñas y adolescentes que por diversas razones no pueden vivir con sus familias de origen y crecen en estos centros. A veces con profundas heridas emocionales, crecen sin figuras afectivas estables y con alta probabilidad de convertirse en personas en riesgo de exclusión social en la edad adulta. En Andalucía hay más de 2.000 menores en esta situación, y sólo en la provincia de Sevilla, casi 400. La ONG ha creado varios programas para contribuir a que estos chicos y chicas cuenten con las condiciones necesarias para crecer y desarrollarse de forma armónica y emocionalmente sana, favoreciendo su integración social en el presente, y minimizando el riesgo de exclusión en el futuro.

El futuro de Ecopeque depende de una comunidad que se esfuerza para que quienes más lo han sufrido puedan recuperarse en situaciones como la crisis económica que aquí se ha vivido. Como explica Lola, “Muchos de nuestros clientes vienen a Ecopeque porque saben que somos una ONG”. •