La política

Alexis Jetter

Alexis Jetter, madre de la autora, discute su amor por la política de pueblo

Lleva un suéter azul y una cadena de oro que nunca se quita. En la pantalla del ordenador, mi madre, Alexis Jetter, ríe mientras conversamos. Su pelo es corto, marrón mezclado con gris; sus ojos color avellana; parece vieja y joven al mismo tiempo, de una manera que no puedo explicar.

Hay poder y fuerza en su risa, porque ella puede reír siempre, en tiempos buenos y difíciles. Su risa está llena de alegría, es profunda, baja y melódica, como una canción, como un poema. Durante los seis meses en los que estuvo deprimida, su risa fue lo que más extrañé.

Pero ahora, y desde hace ya mucho tiempo, la vida está bien. Alexis habla de política local, sobre la reunión municipal de hace una semana. Describe con apasionamiento su lucha para aumentar el salario de las enfermeras de la comunidad, y sobre su rival en la junta directiva, Bill Huff. “Él sospecha de mí por muchas cosas, la mayoría de las cuales son ciertas”.Y durante toda la conversación, se ríe de si misma, de su obsesión con la vida cotidiana de Thetford en Vermont. “Espero que esto no sea aburrido para ti”, dice después de algunos minutos hablando.

“No, me gusta escuchar sobre Thetford”, le respondo, “Me hace sentir más próxima al hogar”.

Y es verdad, sus historias sobre nuestra comunidad capturan el corazón del pueblo, las vidas simples pero apasionadas de sus habitantes, lo cómico y lo trágico. Hablamos durante una hora, ella contemplando la nieve en Vermont, mientras yo estoy en mi cuarto lleno de sol en Sevilla.