Las tres hermanas Carson brillan de maneras distintas. La menor, Julia, destaca por su confianza, espíritu y amor a su país.

Algún vecino del tranquilo vecindario de New Berlin en Wisconsin seguramente haya dado un respingo un día veraniego al oír música country ruidosa pasar por la casa. ¿La fuente del ruido?  Una camioneta roja conducida por una chica de dieciséis años.

Si ese vecino saliera de su casa, vería una maraña de pelo moreno rizado, volando al viento por fuera de la ventana abierta del automovil, piel bronceada y un traje de baño rojo. Julia Carson, dueña del pelo, el traje y la camioneta, es estudiante despreocupada durante el año escolar y entusiasta salvavidas durante el verano.

Julia se siente como pez en el agua en la camioneta, que ha comprado por internet con su propio dinero no hace muchos meses. Es la primera etapa para lograr su sueño sureño, que completarán unas botas de vaquero, una universidad en Tejas, el ejército, y una gran cantidad de banderas americanas.

Su horario está lleno de citas con amigos, así que no para de conducir por todo el sudeste de Wisconsin, como testimonio de su gran sentido de la independencia. Yo, como hermana mayor, podría decir que ella es la encargada de las tres hijas, aunque sea la menor. Tiene fe en sus creencias y cultiva sus intereses intensamente.

El próximo desafío de Julia es convencer a nuestra madre de que necesitamos un perrito nuevo. Cuando la llamé un domingo de hace algunos meses, estaba trabajando en una presentación titulada: “Por qué comprar un perro es la mejor decisión que podríamos tomar”.

«Me he esforzado más en hacer éstas diapositivas que en todas mis tareas del semestre», me dijo siendo lo más Julia que ella puede ser.