
CADA NOVIEMBRE, EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE LÉSBICO, GAY, BISEXUAL Y TRANSEXUAL (LGBT) DE ANDALUCÍA TOMA SEVILLA. EL EVENTO, ORGANIZADO CASI COMPLETAMEN – TE POR VOLUNTARIOS, REÚNE DOCENAS DE PELÍCULAS DE TODAS PARTES DEL MUNDO PARA CONTAR DISTINTAS HISTORIAS RELACIONADAS CON LA VIDA DE LA COMUNIDAD LGBT. ANDRÉS, EL DIRECTOR DEL FESTIVAL, QUIERE MOSTRAR LA VIDA ORDINARIA A TRAVÉS DE LOS OJOS DE ESTA COMUNIDAD..
A algunas manzanas de la Alameda de Hér – cules, en la calle Yuste, hay una fachada pintada de rosa que parece contrastar con su brillo con el resto de la calle. En la planta baja, se encuentra la pequeña sede donde trabajan los empleados y voluntarios de la Fundación Triángulo, una orga – nización “por la igualdad social de los miembros de la comunidad LGBT”. En el cuarto trasero, hay una pantalla en la pared y muchas sillas parecidas a butacas de cine.
La mayoría del tiempo la sede está casi vacía pero, durante las dos últimas semanas de noviembre, la Fundación Triángulo atrae a muchas personas de todos los lugares de España. Durante estas dos semanas, gente de todas las edades y todos los orígenes se reúnen para ver historias sobre la vida de la comunidad LGBT proyectadas en la gran pantalla.
El Festival Internacional de Cine Lésbico, Gay, Bisexual y Transexual de Andalucía (abre – viado AndaLesGai) ha tenido lugar en Sevilla desde el año 2005. Nació algún tiempo antes en la Universidad de Huelva, como un proyecto de la Fundación Triángulo, y hoy tiene homólogos en Madrid, Canarias, Málaga y otros lugares de España. En su primer evento se proyectaron 40 películas de 15 países diferentes, que fueron pre – sentadas en un pequeño cine.
En 2015, hubo un número similar de películas ‒el tiempo es limita – do, al fin y al cabo‒ pero el festival tuvo que alquilar algunas salas del cine Nervión Plaza. Casi todos de los trabajadores del festival son voluntarios y sus vidas se dividen en dos: la preparación del Desfile del Orgullo y la preparación del festival de cine. Después del trabajo duro que realizan para el Desfile del Orgullo en verano, los voluntarios de Triángulo empiezan a preparar el festival de cine. Uno de los voluntarios, Andrés Vega Moreno, que ha trabajado en el festival des – de el principio y es su director desde hace tres años, pasará varios días en la pequeña sala de cine de la sede, junto al resto de los voluntarios, visionando y valorando las nuevas películas.
Andrés habla con rapidez y gesticula todo el rato con las manos, subiéndose las gafas de vez en cuando. Tiene apiladas las diminutas guías del festival sobre la mesa, esparcidas por todas partes, donde pueden verse imágenes fugaces de algunas de las películas que han pasado por la sede.
Al festival llegan películas de tres maneras diferentes: una es a través de una plataforma digital, donde los directores pueden subir su trabajo para que otros lo descubran. Cuando se buscan temas específicos, hay varios filtros que pueden ayudarte (por ejemplo, películas con personajes lésbicos). Algunas películas se descubren en otros festivales de España o de otros sitios de Europa. Algunas de estas películas viajan por el circuito de festivales durante mucho tiempo.
Una película del festival de 2015, A Escondidas, se estrenó en 2014 y sigue recorriendo el circuito, habiéndose proyectado recientemente en el festival de cine de Melbourne Queer Film Festival. Finalmente, hay algunos directores que contactan directamente con la fundación, buscando público para su película.

Foto: A Escondidas (Mikel Rueda, 2014) ganó el premio del público en el Festival de 2015. La película sigue el inicio de la amistad entre dos chicos jóvenes de orígenes muy diferentes. / KENNETH ORIBE
“No es posible tener un festival completamen – te equilibrado”, dice Andrés. “Los voluntarios y yo tratamos de buscar primero películas gay, luego lésbicas, luego transgénero y finalmente bisexuales”. Hay que tener en cuenta otros factores también, y escoger entre historias felices o tristes, temática gay o lésbica y ‒quizás lo más importante‒ entre las que les encantan a los voluntarios y las que se pueden permitir. Puede aparecer una película que le encante a todo el mundo pero para la que los organizadores no tengan dinero, o que haya otra película que tenga mejores cualidades para el festival.
Después de tomar estas decisiones, las películas se traducen para subtitularlas al español. Éste también es trabajo de los voluntarios. Cuando se tienen películas de cerca de una docena de países, es un esfuerzo enorme traducirlas todas. Además, los resúmenes de los argumentos están traducidos al inglés en las guías. La Fundación Triángulo trabaja con muchas personas distintas para terminarlo todo antes del festival. Hace unos años, una estudiante de CIEE participó en las traducciones.
La Fundación Triángulo también ofrece oportunidades a aquéllos que no pueden asistir al festival. Hay proyecciones en varias provincias de España durante todo el año, llevándose a cabo a modo de ciclo o versión mini del festival. Además, la sede de la Fundación de Sevilla organiza proyecciones de películas en su pequeña sala de cine tras el letrero rosa, o en la playa durante el verano.
“No proyectamos películas muy controvertidas, ¿sabes? Ponemos películas con personajes gays o lésbicos, o personajes que se pueden interpretar como homosexuales. Queremos mostrar la realidad de la vida de la comunidad LGBT”, dice Andrés. ¿Y qué es la realidad de la vida de la comunidad LGBT?.
Según las películas que se proyectan en los festivales, no es muy diferente de la realidad de los hombres que quieren a las mujeres y de las mujeres que quieren a los hombres. Hay historias de amor como A Escondidas, una película sobre la iniciación en la vida adulta de dos niños, un inmigrante ilegal de Marruecos y un chico español. Hay historias de desamor, como De chica en chica, en la que una mujer vuelve a España tras ser infiel a su pareja. Hay comedias y tragedias, hay dramas épicos e historias pequeñas y sencillas. Además de las películas, hay muchos cortometrajes, de entre cuatro y cuarenta minutos.
Hay tristeza en estas películas, porque la tristeza es parte de la vida, especialmente para las personas que se identifican con la comunidad LGBT. Aunque el mundo ha cambiado drásticamente durante los últimos 10 o 20 años, las personas con sexualidades que se apartan de la norma todavía sufren desigualdades. Andrés, que es gay, cree que la sociedad está cambiando para mejor. La Alameda de Hércules de Sevilla, muy cerca de la sede de la fundación, es conocida por su ambiente abiertamente gay. A veces, se puede ver dos chicas o dos chicos caminando agarrados de la mano paseando por la calle. “Necesitamos ver más cine con personajes gays o lésbicos”, dice Andrés, “para luchar contra los prejuicios y contar historias diferentes”
La Fundación Triángulo trabaja muy duro en la lucha por la igualdad y la seguridad. En la guía del décimo festival, Raúl del Río González, presidente de la fundación, escribió que la rama andaluza del programa influyó en las vidas de 30.000 personas en 2015. Más de un tercio eran adolescentes. La fundación fomenta el sexo seguro y las paredes de la sede tienen carteles con información sobre las enfermedades de transmisión sexual y el VIH. En una pequeña cesta sobre el mostrador de recepción, hay condones gratis para todos, sin preguntas. Son cosas pequeñas, es verdad, pero son pequeños pasos hacia un mundo más tolerante.
Las guías del festival incluyen imágenes diferentes cada año. En 2015, la portada mostraba a dos personas acercándose para besarse. En 2014, había estrellas y siluetas besándose. Normalmente, aunque algunas portadas no llevan imágenes sino diseños más abstractos, todas tienen cierto aire de positividad, de alegría, de amor. Asimismo, las representaciones de personajes gays ‒u otros personajes homosexuales‒ en las películas no son sólo una declaración política: ofrecen la oportunidad de ver a alguien como tú en una historia; es la normalización de un concepto que se ha tratado como algo extraño y espantoso. AndaLesGai, en términos muy simples, expresa la idea de que ser gay es algo que celebrar, y que todo el mundo merece el derecho a contar sus historias al mundo. •