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TYLER COBURN, UN ESTUDIANTE MODELO, LLENO DE AMBICIÓN Y POTENCIAL, PERDIÓ LA VIDA EN LA FLOR DE SU JUVENTUD, SIN EMBARGO SIEMPRE ESTARá PRESENTE EN LOS RECUERDOS DE SU FAMILIA Y SUS AMIGOS. SUS VIDAS YA SIEMPRE SERáN DISTINTAS SIN ÉL.
Un sueño aplazado
Por Langston Hughes
¿Qué ocurre con un sueño aplazado?
¿Se seca
como una pasa al sol?
¿O se pudre como una llaga,
y entonces echa a correr? ¿Apesta como la carne podrida?
¿O se endurece y granula, como un dulce en almíbar?
Quizá sólo se hunde como una carga pesada.
¿O explota?
DESPUÉS DE TRES O CUATRO LLAMADAS, me desperté en una pesadilla inconcebible que provocaba un dolor tan profundo y continuo que raramente podría haber sido soñado. Mi amiga Kelsey Kidd trataba de ponerse en contacto conmigo desesperadamente. “Ashley, creo que Tyler y Tanner tuvieron un accidente anoche”, decía. Apenas despierta y bastante a gusto en la cama, traté de tranquilizarla diciéndole que probablemente fuera un error y que no pasaba nada. Me pidió que llamara a los compañeros de cuarto de Tyler en Bloomington, la ciudad de mi universidad, para comprobar si sabían algo de nuestro mejor amigo. Colgué el teléfono, molesta y desorientada y comencé a hacer llamadas para enterarme de lo que había pasado en realidad. Por supuesto, a las siete de la mañana de un domingo, ninguno de mis amigos cogía el teléfono. Finalmente, se confirmó que era verdad: Tanner y Tyler habían tenido un accidente de coche y estaban en el hospital.
KELSEY ME VOLVIÓ A LLAMAR para decirme que, frente a la casa de Tyler, había un montón de coches. “¡He hablado con Tanner y Tyco ha muerto, Ashley!”, me gritó. Yo le dije, “No, no, no está muerto. Te estás volviendo loca, eso son solo rumores. Vamos a dejar de montarnos historias hasta que sepamos la verdad”. Estaba en fase de negación y creo que aún lo estoy. Tenía el corazón roto y aún lo está. Nuestro mejor amigo había muerto.
TYLER COBURN, MÁS CONOCIDO COMO TYCO, tenía 21 años. Se crió en Goshen, Indiana, y no le quedaban más que un par de créditos para graduarse en la Universidad de Indiana, en Bloomington. Tyco jugaba al fútbol y al béisbol en el instituto, donde le pusieron su apodo. Amaba los deportes (algunos dirían que un poco demasiado) y gritaba frente a la tele si había un partido de baloncesto del equipo de la universidad, o de los Lakers, o alguno de fútbol americano de los Vikingos de Minnesota o Notre Dame. Sus amigos lo recuerdan como una persona muy competitiva, tanto en conversaciones como en los deportes, o en su día a día. Tyco seguía una intensa rutina de ejercicios y estaba impresionantemente sano y, por tanto, era muy atractivo. Él lo sabía pero era humilde y siempre vestía de azul porque decía que le hacía resaltar los ojos.
COMO ESTUDIANTE DE LA LISTA DE HONOR, Tyco era obsesivamente organizado y determinado. Tenía planes y objetivos en la vida y sabía lo que quería. Por ejemplo, tenía pensado alistarse en el ejército después de la universidad para pagar el cuantioso crédito de estudios que había acumulado. Estudió Ciencias de la Actividad Física y trabajaba duro para convertirse en entrenador personal. Tyco me contó una vez: “Mi sueño es poder ayudar a personas que luchan contra la obesidad, no a ricos que pueden permitirse un entrenador privado a domicilio”.
HABÍA EMPEZADO A DISEÑAR PLANES NUTRICIONALES y rutinas de entrenamiento a largo plazo para una mujer de Bloomington antes del accidente. Ya fuera viendo los deportes en la tele, hablando con sus amigos o acabando un trabajo de la universidad, Tyco nunca dejaba de ser una persona apasionada. Todo el mundo conocía a Tyco, era muy popular y muy querido. No sé si era porque trataba a todo el mundo con respeto o porque siempre reunía a todo el mundo en las alucinantes fiestas que montaba en su casa. No le gustaba el drama ni las tonterías y le encantaba echar una mano a sus amigos ya fuera con dinero, consejos o relajándose con “una sesión de música chill” en su habitación. Era enérgico, inteligente, trabajador y muy bienhablado. Uno de los amigos más auténticos que podría haber soñado con tener. Era como el pegamento que mantenía unido el grupo.
EN FEBRERO DE 2013, Tyco volvió a casa una semana antes de su 22 cumpleaños para pasar tiempo con sus amigos y su familia. Uno de sus mejores amigos de toda la vida, Tanner, cuenta que recuerda que la noche del accidente vio a Tyco para tomar una copa antes de reunirse con un grupo grande de amigos. Otro amigo, Oscar, dijo que no tenía ni idea de que Tyco estaba en la ciudad y todos se alegraron mucho cuando Tanner y él entraron al bar. El grupo de amigos estaba unido de nuevo en el bar de la pequeña ciudad brindando por Tyco y por su cumpleaños. Todos coinciden en que fue una noche de sábado especialmente divertida.
CUANDO SE FUERON, cogieron los coches para ir a sus casas, que estaban a menos de 10 minutos del bar. Tyco conducía el coche en el que iban él y Tanner, giró hacia la izquierda para entrar en su calle pero nunca llegaron a casa. Tanner no se acuerda de lo que sucedió en el barrio de Tyco, probablemente debido al alcohol o al diagnóstico de Trastorno de Estrés Post-traumático (TEPT). Nadie comprende por qué Tyco pasó de largo la casa de sus padres, se salió de la carretera y se chocó contra un árbol seis casas más allá de la suya.
AL PRINCIPIO, Tanner tenía los clásicos síntomas de shock. Tras salir de entre los restos del coche, se quedó mirándolo sin saber que había estado implicado en el accidente. Tanner tiene borrosa la mayor parte de aquella noche, al igual que los meses siguientes. Describe la muerte de Tyco como “un continuo y enorme vacío”. Para él, es imposible olvidar “los miles de recuerdos” que tuvo “la oportunidad de crear” con su amigo debido a la cantidad de tiempo que pasaban juntos.
DESPUéS DEL ACCIDENTE, Tanner pasó tres meses tomando calmantes muy fuertes, relajantes musculares, ansiolíticos y una gran cantidad de alcohol. Tuvo que llevar una escayola y el brazo entablillado, por lo que no pudo trabajar durante tres meses. Su jefe no le volvió a contratar cuando por fin fue capaz de trabajar, lo que empeoró su situación económica. Casi ocho meses después, Tanner aún sufre TEPT y depresión y aún visita a un médico con asiduidad para que le recete su medicación para la ansiedad y para recibir orientación.
EN EL HOSPITAL, el personal de primeros auxilios le faltó al respeto diciéndole que había matado a su mejor amigo. Los acreedores le han acosado y no ha recibido ninguna compensación de la aseguradora por el salario perdido o por las facturas médicas. Sin embargo, lo que más le impactó fue mirar a su padre y a su abuela, dos generaciones por encima de él, y que no supieran que decir. Nadie en la habitación había experimentado nunca una tragedia similar. Rara vez le toca a uno vivir una pesadilla tan infernal como esa.
LA VIDA TAMBIéN HA CAMBIADO mucho para Gabe, otro amigo de Tyco de toda la vida. Gabe fue uno de los compañeros de habitación de Tyco durante dos años en la universidad. Sin embargo, en los meses anteriores al accidente, habían estado enfadados. No se hablaban porque Tyco estaba en contra del habitual abuso que hacía Gabe de las drogas y el desprecio que manifestaba hacia los sentimientos de los demás.
DESPUéS DE LA MUERTE DE TYCO, la situación empeoró para Gabe, lo que se añadió a la tensión que ya tenían muchos de sus amigos. Gabe trató de utilizar la muerte de su amigo para justificar su desprecio por la vida en general y sus amigos se lo tomaron como una deshonra inaceptable hacia la memoria de Tyco. La adicción de Gabe a las drogas, las mentiras y su falta de respeto hacia sus propios amigos y hacia su familia se multiplicaron rápidamente. Destruyó muchas amistades, dejó la universidad un semestre antes de graduarse y tuvieron que obligarle a volver a casa para desintoxicarse de las drogas. Tras dos o tres meses de supervisión parental, Gabe se mudó repentinamente a la costa oeste y rara vez se comunica con sus amigos y su familia de Indiana. Nunca sabremos si las cosas habrían sido diferentes para Gabe, pero está claro que el fallecimiento de Tyco ha afectado irreversiblemente a casi todos sus amigos.
LA FAMILIA DE TYCO pasó por el mismo periodo de negación que Tanner y esa sensación nunca se ha apaciguado para ninguno de ellos. Tiffany, la única hermana de Tyco, recuerda que, tras recibir la noticia, se levantó de la cama, se vistió, le dijo a su marido: “mi hermano ha muerto” y salió por la puerta. Durante las primeras horas, se tuvo que encargar de la mayoría de los preparativos del funeral, lo cual nunca habría pensado que haría con 24 años. Cuenta que, cada día, hay un momento por la mañana temprano en el que se acuerda y se da cuenta de nuevo de que Tyco está muerto. El pago del alquiler que debía Tyco (más o menos 3.000 dólares), 16.000 dólares en facturas del funeral y los 40.000 dólares de deuda estudiantil son las menores preocupaciones de los Coburns. Toda la familia sufre depresión por la enorme pérdida que supuso su muerte. Estaban tan orgullosos y tenían tantas expectativas puestas en él… El potencial de Tyco, producto de su propia ambición y del duro trabajo de sus padres, había sido destruido así como sus sueños y los de su familia.
TIFFANY NO PUDO VOLVER A SU TRABAJO como peluquera durante un mes y le es muy difícil cortar el pelo a cualquier hombre que se parezca vagamente a su hermano. Nunca se había percatado, al igual que muchos de los amigos de Tyco, de lo enriquecedor que era tener a su hermano en su vida y se siente frustrada porque su hijo jamás conocerá a su tío. Tiene miedo de que su hijo de un año crezca en una familia deshecha por el dolor. Tiffany explica que es consciente de las muchas cosas que no experimentará cada día debido a la muerte de Tyco y, aunque hay días buenos y malos, su muerte es lo peor que le ha pasado en la vida.
NUNCA LLEVARá A UNA CHICA A CASA para presentarla a su familia. Tyco soñaba con un matrimonio tan sólido como el de sus padres pero ya nunca tendrá su propia familia. Decía que algún día entrenaría a sus niños al fútbol y los llevaría a misa. Ya no verá a los equipos de Indiana Hoosiers o Notre Dame ganar el título del campeonato nacional, aunque estuvo a punto de hacerlo en 2012.
Tyco tenía mucho potencial pero ahora ya no verá cumplido su sueño de ayudar a la gente, aunque dejó huella en cada persona con la que tuvo contacto. De igual modo, Gianni, el único hijo de Tiffany, nunca tendrá primos con los que jugar. Su infancia no será la misma sin su tío Tyco. Fadi, un amigo que no salió la noche del accidente, no tendrá otra oportunidad de ver a Tyco. Oscar, quien comenzaba a disfrutar muchísimo de una recién descubierta amistad, no podrá pasar más tiempo con Tyco. Al igual que yo no tendré la oportunidad de volver a ver a mi mejor amigo Tyco. No podré volver a estrecharle en un cálido abrazo. No le podré enseñar las fotos de mi viaje a España, ni podré decirle entusiasmada “¡Te he echado de menos!”. Ya no podré picarle una y otra vez con el equipo de baloncesto de la universidad y el de fútbol de Notre Dame mientras tomamos unas cervezas en nuestra terraza favorita, como casualmente soñé la semana pasada.
EL RETRATO DE TYCO: Taylor Flannagan, amigo de Tyco y artista, comenzó a pintar el siguiente dibujo poco después del accidente. La imagen está sacada de una foto tomada en un partido de futbol de Notre Dame. Algunos de los amigos de Tyco enmarcaron la foto y se la regalaron a su madre en el Día de la Madre. Casi se desmaya cuando la vio.
Flannagan describe así su proceso de creación: “como artista, quería capturar el espíritu de aquel gran hombre al que todos llegamos a querer. Decidí usar colores cálidos para realzar su contagiosa felicidad y así dejar que los colores hablaran por sí mismos. Sentí una conexión muy fuerte con Tyco mientras hacía el dibujo. Sabía que esta obra haría sonreír a su familia y amigos y, si él la hubiera visto, sé que le habría encantado. Me gusta usar símbolos y alegorías en mis obras y, al incluir sus gafas de sol, conseguí añadir al dibujo un poco de personalidad para que todo el mundo sonriera cuando lo viera. Decidí dibujar un túnel de nubes hacia el paraíso porque todos sabemos que es allí donde él debe estar. Con su sonrisa y su mirada dirigidas hacia la luz eterna, esta obra se elaboró porque sabíamos que él será feliz para siempre y eso, a su vez, también me hace feliz a mí”.