
foto: Trabajadores de Hytasal durante unas jornadas de formación
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LA QUE EN SU DÍA FUE LA FAMOSA INDUSTRIA TEXTIL, HYTASA, SE ESTá RENOVANDO PARA CULTIVAR UN PRODUCTO MUY DIFERENTE EN SU ENORME EDIFICIO VACÍO: SETAS.
“CADA NUEVO COMIENZO viene del final de otro comienzo”. Esta cita de Lucius Annaeus Seneca y letra de la popular canción de 1997 “Closing Time” de Semisonic guarda una relación con la nueva visión de Hytasal. Su enorme espacio deshabilitado es proporcional a la ingente cantidad de ideas que llenan las mentes de las personas que están colaborando en la recuperación de la que en su día fue la famosa industria textil en la zona sur de Sevilla, para llevar a cabo una nueva actividad: cultivar setas.
HYTASAL es el acrónimo de “Hilaturas y Tejidos Andaluces Sociedad Anónima Laboral”, inicialmente conocida como Hytasa, cuando era una Sociedad Anónima y no era propiedad de sus trabajadores. La fábrica textil original fue construida en 1937 (durante la Guerra Civil) con el propósito de impulsar la recuperación económica de España. Su objetivo era sacar partido de la producción de algodón en el sur de Andalucía. La formación de Hytasa y de la industria textil activaron la tasa de empleo en el barrio. Los 35.000 metros cuadrados de la fábrica albergaron a unos 3.300 trabajadores, cuya labor se dividía en hilatura, tejeduría y acabado de la lana. Durante la dictadura de Francisco Franco a comienzos de 1939 (en Sevilla, en 1936) que finalizaría con su muerte en 1975, los trabajadores de Hytasa mostraron una gran presencia en los movimientos y protestas laborales.
ENTRE 1958 Y 1962, Hytasa experimentó su mayor éxito. Pero duró poco. La industria textil comenzó a experimentar una caída en 1970 que duró hasta 1991. Los problemas internos incluyeron la competitividad entre trabajadores y los elevados costes laborales. Otro factor que contribuyó al declive fue la crisis energética y del petróleo, que afectó principalmente a la industria textil. La apertura gradual de los mercados de todo el mundo estimuló la competición con países como China, Taiwan e India. En 1975, el patrimonio de Hytasa estaba sufriendo grandes pérdidas.
A COMIENZOS DE LOS 80, la fábrica fue incautada y pasó a ser propiedad del Gobierno. Se mantuvo en un estado de déficit así que, en 1991, en un intento de reprivatizarla, Hytasa fue vendida a Gossypium/ Integusa y cambió su nombre por el de “Mediterráneo Técnica Textil (MTT)”. En 1977, con un éxito aún insuficiente, 600 trabajadores perdieron sus puestos de trabajo y aquella empresa, que fue en su día una de las industrias más relevantes de la Comunidad Andaluza durante un cuarto de siglo, cerró sus puertas para siempre.
LA FáBRICA PERMANECIÓ CERRADA durante 13 años. La mayor parte de sus antiguos trabajadores llevaban muchos años en la empresa y tan sólo tenían habilidades y conocimientos textiles, pero Sevilla no contaba con otras opciones laborales en ese sector. Los Gobiernos central y autonómico consideraron ayudarles pero no existía forma de apoyar a la industria textil con toda la creciente competencia. No importó lo mucho que lucharon para mantener el nombre de la empresa, que cambió legalmente de Hytasa a Hytasal cuando fue adquirida por sus trabajadores; la única opción era encontrar un nuevo concepto de negocio.
“HEMOS BUSCADO UNA ALTERNATIVA para los trabajadores. Sabíamos que la industria textil había muerto. ¿Qué se podría producir aquí?”, comenta Juan Luis Pagés, presidente de la Asociación de Hermanamiento ubicada en el barrio del Cerro del Águila, donde se encuentra la fábrica. La Asociación de Hermanamiento estudió las posibilidades de un nuevo concepto de negocio para Hytasal. La compañía quería mantener la esencia de la actividad laboral, de modo que los antiguos
trabajadores pudieran tener la oportunidad de volver. En 2012, Pagés abordó la renovación
de la fábrica con la idea de cultivar productos ecológicos utilizando el enorme espacio vacío
de sus edificios. Esta idea fue analizada desde dos perspectivas distintas: crear una fundación para proyectos autogestionados y combinar los conceptos de actividad textil y agrícola. “El tener un centro comercial junto a Hytasal me ofreció la posibilidad de producir algo que podemos llevar desde el campo a internet”, explica Pagés, refiriéndose al gran hipermercado Alcampo que hay al otro lado de la calle. Pero ¿qué podrían producir trabajadores con escasos conocimientos en producción ecológica y que, a su vez, pudiera cultivarse en el interior de un edificio?
LA RESPUESTA: SETAS. La posibilidad de cultivar setas en interior fue consultada con un ingeniero y presentada al Ayuntamiento, a los acreedores de la fábrica, Caixabank, y el juez que llevaba el control de la empresa desde que se declarase en bancarrota, quienes finalmente aprobaron el proyecto. Desde que se conocieron estas alentadoras noticias, Hytasal y sus trabajadores han estado trabajando duro. “Mientras nos estamos reconstruyendo como negocio, sólo podemos permitirnos unos 30 trabajadores ahora mismo pero, si lo conseguimos, podremos añadir más después”, comenta Pagés.
LOS TRABAJADORES ACTUALES desconocen aún cómo se cultivan las setas pero, con la ayuda del bioquímico Daniel García, están aprendiendo en clases diarias dentro de la fábrica. “No es difícil cultivar setas en un edificio en lugar de en el campo. Sólo hay una serie de cosas que tenemos que tener en cuenta para ser capaces de imitar la ecología del ciclo de producción: humedad, luz y temperatura”, explica García.
“LA IDEA ES CULTIVAR LAS PRIMERAS SETAS en diciembre. Después, nos gustaría trabajar en la producción de otras setas a comienzos de 2014”, dice un esperanzado Pagés. El objetivo entonces será vender estas setas ecológicas (se cultivará la especie pleurotus ostreautus) al mismo precio que otros productos similares: entre 9 y 11 euros el kilo.
PERO LA REINVENCIÓN DEL FUTURO de Hytasal puede proporcionar más que el simple cultivo de diferentes setas. La asociación de Pagés también está buscando otras posibilidades de negocio para la gran superficie donde se asienta la fábrica. Una de esas opciones es colaborar con el grupo Apascide, una asociación española para las familias de personas ciegas y sordomudas. Apascide ofrece una serie de actividades para sus socios, incluyen- do el boxeo. A Hytasal le gustaría utilizar su gran espacio para ofrecer a Apascide y a sus socios un lugar donde poder practicar su destreza como boxeadores. Partiendo de la idea de colaborar con Apascide, Hytasal también está considerando la posibilidad de abordar la revolución alimentaria añadiendo una cocina a su amplio edificio.
¿Y QUé HAY DE LA ACTUAL CRISIS ECONÓMICA en España? ¿No sería un error intentar reabrir un negocio con un concepto completamente nuevo cuando ya tuvo que cerrar una vez? No según los desarrolladores de la nueva Hytasal, ahora llamada “Los huertos de Hytasal”. Todo el mundo está muy entusiasmado con esta oportunidad, principalmente porque ser ecológico está de moda en la sociedad actual. ¿Pero durará? Pagés comenta, “la idea no es qué podemos ganar, sino qué podemos sacar del mercado. Es tan simple como: si necesitan lo que podemos suministrar, tendremos éxito”.
LA HISTORIA Y LA ACTUAL SITUACIÓN DE HYTASAL es la definición de un nuevo comienzo. Con los nuevos conceptos e ideas de negocio de los trabajadores, su determinación y mucho trabajo duro, no hay duda de que pronto se convertirá de nuevo en la famosa fábrica de Sevilla que una vez se ganó un nombre.